Qalidaire, la empresa que vela por el aire del Camino de Santiago

Con sede en Vigo, esta tecnológica especializada en el análisis de la calidad ambiental sitúa la sostenibilidad como uno de los pilares fundamentales de la salud pública
Qalidaire, la empresa que vela por el aire del Camino de Santiago
Uno de los proyectos más significativos de la entidad se centra en realizar mediciones en tiempo real de los puntos más sensibles de la Ruta Xacobea

En una época marcada por la conciencia medioambiental y la necesidad urgente de afrontar los efectos del cambio climático, medir la calidad del aire ha dejado de ser una opción para convertirse en una prioridad. En este contexto, Qalidaire, con sede en Vigo pero con un fuerte compromiso por el entorno de toda la Comunidad, se ha consolidado como referente en la monitorización y análisis de la calidad ambiental, prestando servicio tanto a administraciones públicas como a entidades privadas, centros educativos y entornos patrimoniales. Su labor combina innovación tecnológica, compromiso social y visión de futuro.

 

Más allá del ámbito técnico, Qalidaire ha sabido humanizar la ciencia del aire, llevándola al terreno simbólico y emocional de Galicia: el Camino de Santiago. Su implicación en la vigilancia ambiental de esta ruta milenaria pone de manifiesto cómo la tecnología puede convertirse en herramienta de protección tanto para la salud pública como para la memoria colectiva.

 

Una herramienta al servicio del entorno y las personas

El corazón del trabajo de Qalidaire reside en su capacidad para medir, interpretar y comunicar datos ambientales en tiempo real. Utilizan sensores de alta precisión —fabricados por empresas punteras de Reino Unido y Francia— que permiten detectar una amplia gama de contaminantes: desde partículas en suspensión como PM10 o PM2.5, hasta gases como CO₂, NOx o compuestos orgánicos volátiles, pasando por parámetros meteorológicos y acústicos.

 

Pero la empresa no se limita a colocar sensores. Su propuesta va mucho más allá: ofrece asesoría personalizada, instalación, mantenimiento, visualización de datos, generación de alertas automáticas y elaboración de informes técnicos que permiten tomar decisiones informadas. Todo esto se canaliza a través de un panel de control propio que permite a los usuarios seguir la evolución de la calidad del aire en su zona, programar alertas y obtener estadísticas personalizadas.

 

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Como explica el equipo de la empresa, “lo que no se mide, no se puede controlar”, y ese principio ha guiado su crecimiento y expansión en los últimos años.

 

El Camino de Santiago

Uno de los proyectos más significativos de Qalidaire ha sido su intervención en la Ruta Xacobea. A lo largo del Camino, donde confluyen tradición, turismo y conservación patrimonial, Qalidaire ha instalado dispositivos de medición que permiten conocer en tiempo real el estado de la calidad ambiental en los puntos más sensibles.

 

Peregrinos en el Camino de Santiago
 

 

Esto ha tenido aplicaciones muy concretas. Por ejemplo, en el centro histórico de Tui, tras la peatonalización de la calle Antero Rubín, los sensores de Qalidaire constataron una mejoría clara en los niveles de contaminación, lo que permitió a las autoridades municipales justificar nuevas decisiones urbanísticas con base científica.

 

Pero no solo se trata de cuidar el aire para los vecinos y peregrinos. También se trata de proteger el patrimonio arquitectónico. La contaminación, especialmente los óxidos de nitrógeno (NOx) y el dióxido de azufre (SO₂), combinados con la humedad, aceleran el deterioro de fachadas, piedra histórica y bienes culturales. Qalidaire se convierte así en aliado de los técnicos de patrimonio al aportar datos que permiten anticipar daños y planificar intervenciones de conservación.

 

Diversidad de espacios con una misma filosofía

Además de su labor en el Camino, Qalidaire ha trabajado en polígonos industriales, puertos, centros educativos, parques infantiles, hospitales y oficinas, adaptando cada intervención a las particularidades del entorno. La versatilidad de su tecnología les permite ajustar la red de sensores según el tipo de contaminantes que pueden estar presentes, el uso del espacio, o el flujo de personas.

 

En colegios, por ejemplo, se prioriza la medición de CO₂ y partículas para garantizar un ambiente saludable, mientras que en zonas verdes urbanas se monitoriza también la presencia de alérgenos como el polen, algo especialmente relevante en primavera. En zonas portuarias o industriales, el foco está en la vigilancia de ruido, gases derivados del transporte o la maquinaria, y en entornos forestales, los sensores permiten detectar indicios de incendios de forma precoz gracias al seguimiento de partículas y gases relacionados con la combustión.

 

Sensores que anticipan incendios y riesgos sanitarios

La prevención de incendios es otro de los ámbitos donde Qalidaire ha comenzado a trabajar de forma pionera. En espacios forestales y montes periurbanos —muy presentes en todo el conjunto de la Comunidad—, instalan sensores capaces de detectar concentraciones anómalas de gases como CO y CO₂ y partículas en suspensión PM1 y PM2.5, así como picos de temperatura, lo que permite activar alertas tempranas.

 

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Asimismo, en un momento en que la preocupación por los riesgos ambientales en interiores está creciendo, Qalidaire prepara ya nuevos dispositivos para la medición de gas radón, un contaminante natural presente en el subsuelo gallego cuya acumulación puede ser peligrosa, especialmente en espacios cerrados y mal ventilados.

 

Tecnología gallega con vocación universal

En poco tiempo, Qalidaire se ha convertido en una referencia para instituciones locales, municipios pequeños y grandes organizaciones que quieren mejorar la calidad de vida de su ciudadanía o proteger un bien patrimonial. La combinación de tecnología avanzada, visión ambiental y atención personalizada ha sido clave en su consolidación.

 

Además, la empresa ha sabido tejer una narrativa emocional en torno a su trabajo. No se trata solo de tecnología: se trata de cuidar el aire que respiramos, el entorno que compartimos y el legado que dejamos. Desde la piedra húmeda del Camino hasta el aula de un colegio o la plaza de un pueblo costera, todo espacio puede y debe ser protegido.

 

Respirar mejor

En un mundo cada vez más amenazado por los efectos del cambio climático y la urbanización descontrolada, Qalidaire propone una manera gallega de mirar el aire: desde lo pequeño, lo local, lo cotidiano. Pero también desde la innovación, la ética y el compromiso colectivo.

 

Como ellos mismos defienden, “ofrecer un entorno limpio permite tener una sociedad sana”, y un primer paso para conseguirlo es medir y arrojar luz sobre el aire que respiramos.

 

Qalidaire, la empresa que vela por el aire del Camino de Santiago

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