Santiago restableció completamente el suministro eléctrico a las 06.00 horas de este martes, tras el apagón masivo que dejó sin luz a gran parte de la Península Ibérica el lunes 28 de abril. El corte de energía, que comenzó alrededor de las 12.33 horas, afectó a España, Portugal, Andorra y el sur de Francia, provocando interrupciones en servicios esenciales y generando incertidumbre en todos los sectores de la sociedad, especialmente en el ámbito de los servicios esenciales.
En el centro de Compostela, el tránsito se vio afectado por la inoperatividad de los semáforos, que causaron cierto caos —agravado, asimismo, por el nerviosismo y preocupación social—. A pesar de ello, la ciudad mantuvo cierta normalidad, con vecinos aprovechando las interrupciones en sus trabajos para pasear, disfrutar del buen tiempo y especular sobre las causas que pueden haber provocado el corte eléctrico.
Sin embargo, aunque las carreteras funcionaron como habitualmente, el transporte ferroviario se vio gravemente afectado. Muchos vecinos picheleiros sufrieron el apagón en mitad de viaje, aunque pudieron abandonar los trenes sin mayores problemas al contar estos con generadores eléctricos capaces de accionar sus puertas.
Durante la noche del lunes, la estación de tren de Santiago permaneció abierta para permitir la pernoctación de personas que no disponían de alternativa, tal y como anunció el ministro de Transportes, Óscar Puente. Según el propio ministro, todos los trenes pendientes de evacuación en Galicia fueron rescatados, y sus pasajeros trasladados en autobús. En concreto, los viajeros del tren 12682 fueron reubicados hasta su destino y los del servicio 12528 (Vigo Guixar - A Coruña) regresaron a Guixar desde Redondela también por carretera.
Santiago fue una de las 17 estaciones que se mantuvieron abiertas durante toda la noche con el fin de acoger a personas varadas por la cancelación del servicio ferroviario, que no se ha reanudado este martes en rutas de media y larga distancia.
La incertidumbre fue la nota predominante entre los viajeros, con quejas por la falta de información, escasez de taxis y fallos en la comunicación. Algunos usuarios aseguraron que no sabían qué hacer ante la ausencia de alternativas y la imposibilidad de contactar con familiares. Mientras tanto, el personal ferroviario confirmó que se prevén reembolsos, aunque las comunicaciones con la central no estaban operativas.
En cuanto al comercio, Santiago vivió una escena que, inevitablemente, recordó a muchos a la vivida durante las primeras horas de la declaración del estado de alarma durante la crisis del coronavirus en el año 2020. La gente se congregó de forma masiva en los pocos supermercados y tiendas que seguían operando gracias a sus generadores para abastecerse de productos esenciales.
Uno de los símbolos más reconocibles de la ciudad, la Catedral de Santiago, permaneció abierta “por el momento” gracias al uso de un generador eléctrico que mantenía operativas las luces mínimas. Aunque el flujo de visitantes no se redujo de forma drástica, el personal admitió que la falta de luz perjudica la experiencia. Se advirtió además que, una vez agotada la energía del generador, se procedería a evacuar el templo por seguridad.
La Universidade de Santiago de Compostela (USC) decidió cerrar sus instalaciones a media tarde del lunes, enviando un comunicado a la comunidad universitaria, aunque este mensaje no fue recibido por muchos de los destinatarios.
Este martes, la USC reanudará las clases a partir de las 15.00 horas, tras haber recuperado la normalidad en la mayoría de sus instalaciones. El comité de crisis de la USC agradeció "la colaboración de toda la comunidad universitaria" y la "responsabilidad con la que se ha actuado en estos momentos de incertidumbre".
En contraste, el aeropuerto de Lavacolla funcionó con relativa normalidad, gracias a sus generadores autónomos. Aunque se registraron algunos retrasos puntuales, como el vuelo de Vueling a Tenerife previsto para las 16:55, la mayoría de los trayectos se mantuvieron sin incidencias graves. Los viajeros permanecieron tranquilos, a la espera de más información sobre el restablecimiento completo del sistema eléctrico.
Servicios como el alquiler de vehículos sí reportaron fallos, probablemente asociados a problemas con los servidores, lo que contribuyó a aumentar la incertidumbre en algunos usuarios.
El apagón fue provocado por una pérdida súbita del 60% de la generación eléctrica en España en apenas cinco segundos, lo que llevó a un "cero energético" que desconectó automáticamente la red eléctrica ibérica de la red europea. Las causas específicas del apagón aún están siendo investigadas, aunque se barajan hipótesis como un fenómeno atmosférico inusual que provocó oscilaciones en las líneas eléctricas de alta tensión