La magistrada del juzgado de instrucción número 1 de Santiago, Ana López-Suevos, ordenó ayer el ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza, para los dos detenidos por la muerte de Antonio Costa, el popular carnicero de la plaza de Abastos compostelana. 

Ambos implicados, arrestados el pasado martes —unas horas después de que ocurriese la reyerta—, son acusados de homicidio. Tras pasar a disposición judicial, la titular encargada de la causa decretó su reclusión.

Junto a ellos, también fue citado el tercer involucrado, quien quedó en libertad tras prestar declaración y demostrar que, aunque sí que acompañaba esa noche a los dos agresores, “no intervino en los hechos”, como explicó el letrado de la acusación.

A las puertas del lugar, colegas de profesión, amigos y familiares de la víctima se reunieron para pedir justicia. En especial, la hija del comerciante fallecido, Gloria Costa, que se mostró visiblemente emocionada. Esta aprovechó la presencia de los medios de comunicación para desahogarse: “Mataron a una familia entera, tengo que decirles que acabaron con una familia entera”, insistió.

Una madrugada fatal

Según ha podido saber este diario, la causa de la muerte fue una hemorragia cerebral ocasionada por un golpe contundente en la cabeza. Concretamente, la vara metálica que el carnicero sujetaba para defenderse y que los agresores, quienes volvían de fiesta, le arrebataron para usarla contra él.

Todo apunta a que los ahora detenidos estaban comportándose de forma incívica y, al ser regañados por el placero, se enzarzaron en una pelea que escaló rápidamente en intensidad y que, en cuestión de minutos, culminó con un fatídico golpe que arrebató la vida al comerciante de la plaza de Abastos.