En el corazón de Santiago de Compostela, entre los silencios pétreos de la fuente de Santo Antonio, late desde el pasado viernes un nuevo pulso artístico. La galería Dupla abre sus puertas a ‘Endless Game’, una exposición que lleva la firma del escultor coruñés Diego Cabezas (A Coruña, 1975) y que podrá visitarse hasta mediados de mayo. La muestra, patrocinada por NH Collection Santiago, es mucho más que una sucesión de esculturas: es un mapa íntimo de formas, una constelación de hierros que dibujan el aire y que, sin necesidad de palabras, nos interpelan.
El viernes 4 de abril, el propio artista presentó su trabajo acompañado por el conselleiro de Cultura, Lingua e Xuventude, José López Campos, quien no escatimó elogios al hablar del "potencial creativo de Galicia" y de la "proyección internacional que está disfrutando el arte gallego", reflejada, dijo, en trayectorias como la de Cabezas, que tras años residiendo en Barcelona ha regresado a Galicia con una madurez artística consolidada y una mirada que sigue explorando los límites del espacio y la forma.
Formado en escultura en la Escuela de Arte Superior de Diseño Pablo Picasso, en la ciudad herculina, el artista empezó su camino creativo en el mundo del alambre, hasta que en 2005 aprendió a soldar. Desde entonces, el hierro y el acero inoxidable se convirtieron en sus lenguajes esenciales, a través de los cuales ha llevado su universo personal a hogares de Nueva Zelanda, Japón, Singapur o Estados Unidos. “Es un juego sin fin: imaginar, materializar en hierro y volver a empezar”, reflexiona Cabezas sobre lo que para él supone su forma de expresión artística.
Y de eso va precisamente ‘Endless Game’: de dibujos hechos escultura, de líneas que se desdoblan en el espacio para construir figuras humanas, rostros, cuerpos, pero también formas animales y vegetales que emergen con una elegancia mínima, casi zen, de las estructuras metálicas. “Soy más conocido por las caras, pero siempre me ha interesado el reino animal y vegetal”, apunta el escultor.
En Dupla, sus piezas cuelgan del techo como sueños detenidos, se apoyan en peanas como pensamientos sólidos o se incrustan en la pared como ecos. Son esculturas que habitan el espacio con una ligereza inquietante: líneas que no encierran, sino que abren e invitan a imaginar. Hay algo profundamente poético en ese trazo de hierro que nos recuerda que, a veces, lo esencial no pesa. Desde la galería describen estas creaciones como “dibujos en el aire”, y no es una metáfora gratuita.
Cabezas trabaja con dos aproximaciones claras: una más esquemática, donde la línea configura la forma de manera casi abstracta; y otra donde delimita el contorno, generando un juego constante entre el interior y el exterior; entre la escultura y el dibujo.
Durante la inauguración, López Campos subrayó el papel fundamental de Galicia como tierra fértil para las artes visuales: “La proyección internacional de nuestros artistas no supone desarraigo, sino marca de país”. A su juicio, el trabajo de Cabezas ejemplifica cómo la formación recibida en Galicia sigue siendo raíz y trampolín para una creación con alcance global. La prueba de ello está en la trayectoria del artista coruñés y en la calidad de muestras como 'Endless Game'.
La entrada a la exposición es gratuita, y puede visitarse de lunes a viernes, en horario de 11.00 a 14.00 y de 17.00 a 20.00 horas. Los sábados, únicamente con cita previa. Así, mientras la primavera brota en Compostela, las esculturas de Diego Cabezas dibujan en el aire otra forma de florecer: la del arte que crece, muta y no cesa. Un juego sin final; un 'Endless Game'.