El gobierno de Santiago de Compostela consultará con expertos e investigadores para determinar el “lugar idóneo” donde exponer las esculturas de Abraham e Isaac, atribuidas al Mestre Mateo, después de que una sentencia del Tribunal Supremo haya ordenado su devolución al Concello por parte de los herederos del dictador Francisco Franco.
Así lo ha anunciado este viernes la alcaldesa, Goretti Sanmartín, quien ha confirmado que, por ahora, las tallas se encuentran en el Pazo de Meirás (Sada, A Coruña). El gobierno local quiere avanzar “con calma” y con una idea clara: “que la gente pueda verlas, porque es la manera de hacer memoria histórica y recordar lo que pasó para que nunca más vuelva a ocurrir”, afirmó.
Tras recibir la notificación del Supremo el jueves, el Concello da por finalizado el litigio, según le han trasladado los expertos jurídicos, y considera improbable que la familia del dictador pueda recurrir al Tribunal Constitucional u otras instancias. “Es una noticia fantástica para Santiago, para el conjunto del país y para todo lo que es la memoria histórica”, declaró la alcaldesa.
En cuanto a los siguientes pasos legales para que las piezas pasen oficialmente a disposición del Ayuntamiento, Sanmartín explicó que todavía es “muy pronto” para concretarlos, pero que serán analizados por la Asesoría Jurídica municipal.
La alcaldesa recordó que este proceso comenzó en 2017, durante el mandato de Martiño Noriega, cuando la Corporación municipal acordó el inicio de acciones judiciales y la creación de una comisión técnica con juristas e historiadores. En ese contexto, destacó el papel fundamental de la sociedad civil y del personal técnico del Concello.
“Es una victoria de la sociedad civil más activa y más comprometida”, aseguró Sanmartín, que consideró esta devolución como un acto de justicia frente al expolio patrimonial cometido durante la dictadura. “Es algo de orgullo”, concluyó.
Sanmartín quiso además reivindicar la continuidad de esta lucha, recordando su propia implicación en el proceso judicial que logró que el Pazo de Meirás pasara a manos del Estado. En aquel momento, ejercía como vicepresidenta y responsable de Cultura en la Diputación de A Coruña, y trabajó “de la mano de los colectivos memorialísticos”.
Por eso, hizo un llamamiento a seguir recuperando patrimonio expoliado por los Franco, como la Casa Cornide de A Coruña, otro de los bienes en el punto de mira de las administraciones públicas y los movimientos por la memoria.