La aparente “inocencia” de un suplemento natural como la cúrcuma puede esconder riesgos serios. Así lo ha demostrado el caso de Katie Mohan, una mujer de 57 años que tras consumir cápsulas de cúrcuma a razón de 2 250 mg diarios durante varias semanas —10 veces más de lo que recomienda la OMS para adultos de su peso— fue hospitalizada por un daño hepático grave.
Al límite de una insuficiencia hepática que habría requerido un trasplante, sus transaminasas se elevaban hasta 60 veces por encima de lo habitual. Después de seis días en el hospital NYU Langone (Nueva York) y un tratamiento intensivo, su hígado comenzó a regenerarse.
Aunque la cúrcuma como especia es inocua en la cocina, los suplementos han sido asociados con varios casos de daño hepático.
Investigaciones en EEUU han confirmado al menos diez casos ligados a la red DILIN (Drug Induced Liver Injury Network en inglés, traducido como Red de Lesión Hepática Inducida por Fármacos), con cinco hospitalizaciones y un fallecimiento, especialmente preocupante si se ingieren junto a piperina —lo que aumenta la absorción y, en consecuencia, su toxicidad potencial.
Una revisión de 15 casos en la American Journal of Medicine encontró que la mayoría de los afectados eran mujeres de mediana edad que comenzaron a mostrar síntomas (náuseas, fatiga, ictericia) tras unos tres meses de uso, con suplementos combinados con piperina o formatos altamente biodisponibles.
Además, se han detectado un grupo de riesgo con una variante genética HLA‑B*35:01, presente en un 6-7 por ciento de la población, que podría predisponer a ciertos individuos a reacciones hepáticas frente a compuestos fenólicos como la curcumina.
En Europa, la Agencia Francesa de Seguridad Alimentaria determinó niveles seguros de curcumina en complementos (máximo 153‑180 mg diarios para una persona de 60 kg), señalando que fórmulas con piperina o nanotecnología pueden sobrepasarlos y disparar el riesgo.
Italia, Francia y España han notificado casos graves de hepatitis inducida por cúrcuma, según la OCU y la AESAN.
En Australia, la TGA ha recogido 18 informes hasta junio de 2023, incluyendo enfermedades graves y dos muertes asociadas a suplementos con curcumina.
Contrario a los casos extremos, existen estudios clínicos —como uno italiano de 2024— que prueban el beneficio de formulaciones específicas, por ejemplo, curcumina fosfolipídica, en el tratamiento de la esteatohepatitis no alcohólica.
En ese ensayo, un 62 por ciento de los pacientes tratados mejoraron sin efectos adversos significativos. La clave, subrayan los autores, es la calidad, dosis seguras y control médico.
Expertos en nutrición y hepatología advierten que la palabra “natural” no equivale a “seguro”. Según la nutricionista Ana Golpe (Centro Hipersalud, A Coruña), el hígado es capaz de realizar la desintoxicación de forma natural y no necesita “remedios milagrosos”.
Muchos consumidores de suplementos desconocen la toxicidad real de suplementos como la cúrcuma, el té verde o ashwagandha, que pueden ser potencialmente hepatotóxicos, y los profesionales recalcan la necesidad de una mayor educación sanitaria.
Peligro | Recomendación |
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Evitar megadosis o uso prolongado sin control médico | Resistir el consumo exagerado promovido en redes sociales. |
Consultar al médico antes de iniciar suplementos | Especialistas pueden valorar riesgos, interacciones y análisis previos. |
Elegir marcas con certificados de calidad y dosificación clara | Evitar combinaciones con piperina o formulaciones sin control. |
Ante síntomas (náuseas, ictericia, fatiga) | Interrumpir su uso y acudir a un profesional. |
Pacientes con hepatopatías o mujeres embarazadas/niños | Deben evitar estos suplementos según AESAN, OCU, ANSES |
La intoxicación sufrida por Katie Mohan es altamente relevante pero no aislada. Aunque la cúrcuma posee virtudes potenciales dentro de un tratamiento estructurado, su uso excesivo o mal formulado puede desencadenar daño hepático serio.
Por ello, médicos y nutricionistas, como los gallegos consultados, insisten en que cualquier suplementación debe hacerse con prudencia, moderación y siempre bajo supervisión especializada.