Bárbara Gómez Bonachía, directora y terapeuta ocupacional de Centro Hitos respondió esta semana a las preguntas de los lectores a través de la sección Tu Especialista Responde .
A través del TER, aclarará las dudas propuestas desde El Ideal Gallego respecto al ámbito de la Terapia Ocupacional Infantil.
A continuación, las respuestas a las preguntas de los lectores:
¿Cómo realizas la evaluación inicial de un paciente?
Hacemos una entrevista inicial con los cuidadores principales donde obtenemos información relevante sobre el día a día del niño y las rutinas familiares. Esto nos permite saber si el niño puede beneficiarse de la terapia que llevas a cabo en nuestra centro o es necesario derivar a otros profesionales. En caso afirmativo procedemos a realizar la valoración correspondiente (observación clínica, pruebas estandarizadas y test que deben cubrir los cuidadores) según la edad del niño para una adecuada intervención.
¿Qué papel juega la familia en el proceso terapéutico?
En Hitos trabajamos mano a mano con la familia, planteando los objetivos de la intervención en base a sus necesidades. Es importante que las familias estén implicadas en el proceso de terapia para potenciar y afianzar los beneficios alcanzados en el centro. Mantenemos una comunicación constante con las familias y les ofrecemos diversas estrategias personalizadas para que realicen en casa. Además, nos gusta tener un pequeño tiempo al inicio o al final de cada sesión, donde poder intercambiar información sobre la evolución de la semana.
¿Cuáles son los principales beneficios de la terapia asistida con animales?
Cuando estamos en contacto con los animales, creamos un vínculo que hace que nuestro sistema nervioso libere oxitocina, la hormona de la felicidad. Además, al acariciar, abrazar o subirnos al animal estamos proporcionando estímulos que favorecen la relajación, disminuyen la presión arterial y mejoran el tono muscular. El aumento de la autoestima también es un beneficio en estas terapias, ya que los animales no juzgan y tienen una gran predisposición al contacto físico y al trabajo. Son minuciosamente seleccionados para formar parte del equipo de estas intervenciones.
¿Qué tipo de pacientes se benefician más de la terapia de integración sensorial?
Cualquier niño con dificultades en el desempeño de las actividades diarias (juego, alimentación, participación social, vestido/desvestido, control de esfínteres, actividades escolares, aseo…) es susceptible de beneficiarse de este tipo de terapias. Es decir, se pueden beneficiar tanto niños neurotípicos (sin ninguna patología de base) como niños con diagnóstico previo (Trastorno del Espectro Autista, Trastorno por Déficit de Atención con/sin Hiperactividad, Trastornos del Neurodesarrollo…). El procesamiento sensorial comienza a desarrollarse en el periodo de gestación y continua madurando hasta los 10/12 años. Es importante prestar atención a aquellas señales que puedan ser confundidas con conductas disruptivas (niños torpes, inquietos, despistados, poco activos…) cuando en realidad tienen su base en dificultades de procesamiento sensorial.
Mi hijo de 7 años no controla los esfínteres, ¿qué puedo hacer?
En estos casos es importante descartar que no haya patologías médicas previas o una dieta que pueda estar interfiriendo en el tránsito intestinal. La valoración por parte de un terapeuta ocupacional certificado en integración sensorial permitirá conocer si existen dificultades en este área que puedan estar interfiriendo en el control de esfínteres o en el correcto uso del inodoro. Dificultades en el sistema táctil o interoceptivo interfieren directamente en el desempeño de esta actividad.
¿Cómo evalúas a los niños que tienen dificultades para comer?
La correcta valoración de los sistemas sensoriales y conocer las dinámicas familiares nos ayudará a identificar los factores que pueden estar incidiendo en esta actividad. Dificultades para tolerar texturas, pobre gestión del alimento dentro de la boca o patologías de base como amígdalas agrandadas, respiración oral o alergias condicionarán que la alimentación sea la esperada para su edad, siendo niños selectivos o que restringen su dieta.