Este sábado, Compostela se convirtió en la capital española del motocross gracias a la celebración del evento Soloflow, organizado por la leyenda Edgar Torronteras, en el Multiusos Fuentes del Sar. El espectáculo, en torno al cual había una gran expectación desde hace meses, compensó el compromiso total del público con una cita plagada de emoción y adrenalina que cautivó tanto a los amantes del motor como a los espectadores más casuales.

La crónica

Desde temprano, los alrededores del pabellón se llenaron de entusiastas del freestyle, familias y curiosos, todos deseosos de presenciar las acrobacias que desafiarían la gravedad. Las filas avanzaban rápidamente, y el murmullo de la multitud creaba un ambiente eléctrico cuya intensidad fue creciendo a medida que se acercaba el comienzo del show.

A las 21.00 horas, las luces del estadio se atenuaron y el rugido de los motores rompió el silencio, marcando el inicio de Soloflow. Edgar Torronteras apareció en la pista, recibido por una ovación atronadora. Con una sonrisa y un saludo al público, el catalán dio inicio a una serie de acrobacias que dejaron a todos los espectadores —especialmente a los niños— boquiabiertos. Sus saltos, ejecutados con precisión milimétrica, parecían desafiar las leyes de la física y consiguieron crear un clima de euforia colectiva que crecía con cada nueva muestra de habilidad. 

El espectáculo continuó con la participación de otros renombrados pilotos de FMX, cada uno aportando su propio estilo y energía al evento. Las competiciones amistosas entre ellos, las coreografías en el aire y los desafíos que se lanzaban mutuamente mantenían al público al borde de sus asientos. Las luces y la música añadían una dimensión extra al espectáculo, sincronizándose perfectamente con cada truco y cada salto.

Junto con Torronteras, el gran protagonista de la noche fue el coruñés José Mincha, que al jugar como local consiguió ganarse de lleno al público. En una demostración de su inigualable talento y coraje, el joven de tan solo 21 años realizó un salto que dejó a todos sin aliento. Elevándose por encima de una rampa especialmente diseñada, Torronteras ejecutó un giro en el aire antes de aterrizar con una precisión impecable. El estallido de aplausos y vítores fue ensordecedor, a la altura de la hazaña que había logrado.

Tras casi dos horas de adrenalina pura, el espectáculo llegó a su fin. Los pilotos se reunieron en el centro de la pista para recibir una merecida ovación. A pesar de que hubo dos caídas, ninguno de los protagonistas sufrió daños, por lo que solamente había espacio para la celebración. El público, aún emocionado, aplaudió con fervor, mostrando su aprecio por una noche que quedaría grabada en la memoria de todos.

Soloflow no fue solo un espectáculo de motocross, sino una celebración del espíritu humano, de la valentía y de la búsqueda constante de superar los límites. Edgar Torronteras y su equipo lograron crear una experiencia única, donde la adrenalina y la emoción se mezclaron para ofrecer una noche inolvidable. Santiago de Compostela se convirtió en el epicentro del FMX, y aquellos que tuvieron la suerte de estar allí, presenciaron una verdadera obra de arte en movimiento.