La alcaldesa de Santiago de Compostela, Goretti Sanmartín, y el conselleiro de Facenda, Miguel Corgos, se reunirán esta mañana para abordar los detalles del impuesto por estadía que se implementará en la ciudad picheleira.
Para la representante del Gobierno local, ha de ser la Agencia Tributaria de Galicia (Atriga) quien se encargue de la aplicación y la gestión de la tasa. En sus propias palabras, "teñen os instrumentos, medios e recursos" para que no lo tengan que hacer los ayuntamientos. Además, a su modo de ver, lo óptimo sería que fuese la Administración autonómica quien desarrollase todo el sistema de recaudación para, en caso de que algún municipio tenga interés en él, solamente tenga que solicitar unirse.
Por su parte, el Gobierno gallego no presenta “inconvenientes en aprobar una tasa turística”, tal y como declaró en su momento el presidente, Alfonso Rueda. De igual forma, el director de la Axencia de Turismo de Galicia, Xosé Merelles, informaba tras una reunión inicial con la alcaldesa de que la Xunta prevé que “esté lista para el 1 de enero”. Sin embargo, la intención de la Administración es muy diferente a la de Raxoi: “cada ayuntamiento deberá gestionar su propia tasa”, sentenció ayer Corgos.
El informe sobre el impuesto por estadía elaborado por el Ayuntamiento y la Universidad de Santiago de Compostela recoge que este debería oscilar entre 1 y 2,50 euros por noche. De este modo, divididas en cinco tarifas diferentes dentro de este rango de precio, la tasa podría lograr una recaudación anual de más de 3.000.000, según los cálculos de Raxoi.
Se trata de un estudio basado en detalles como "a evolución dos visitantes, a duración da súa estadía ou a presión que soportan os residentes", según explicó Sanmartín cuando anunció que ya le había sido remitido a la Xunta.