El exalcalde de Santiago, Xosé Sánchez Bugallo, ha presentado este viernes su renuncia al acta de senador por la provincia de A Coruña, cargo que ocupaba desde las elecciones generales de julio de 2023. La decisión se formalizó en un escrito registrado en la Cámara Alta, al que ha tenido acceso Europa Press, y se produce el mismo día en que el veterano político socialista ha declarado como testigo en la vista judicial entre la dirección local del PSOE y los cuatro concejales expulsados del grupo municipal.

La dimisión de Bugallo se interpreta en clave política como un nuevo capítulo dentro de la crisis interna que atraviesa el socialismo compostelano, a pocos días de que se cumpla un año desde las últimas elecciones municipales. Una crisis que ha dejado al grupo municipal dividido, a cuatro ediles fuera de la disciplina del partido, y al PSOE local en una posición débil y profundamente enfrentada.

Antes de entrar en la vista judicial, celebrada en Compostela, el exregidor manifestó su preocupación por la situación y reclamó “respeto” para los concejales díscolos, al tiempo que lamentó la “imagen horrorosa” que, en su opinión, el partido está trasladando a la ciudadanía.

Aunque Bugallo no había confirmado públicamente ningún acuerdo de alternancia, fuentes del partido recordaban en los últimos meses que existía un pacto no escrito con Manuel Mirás, exalcalde de Oroso, para turnarse en el escaño del Senado durante la legislatura. Su renuncia abre ahora la puerta a que Mirás asuma el puesto.

Xosé Sánchez Bugallo, figura histórica del socialismo gallego, fue alcalde de Santiago en tres etapas distintas (1998-2011, 2019-2023) y ha ocupado diversos cargos orgánicos e institucionales en el PSOE. Su salida del Senado marca un cierre simbólico a una larga trayectoria política, en un momento especialmente tenso para su formación en la capital gallega.

La crisis abierta en el PSOE de Santiago, que llevó a la expulsión de los cuatro ediles que hoy mantienen sus actas como no adscritos, sigue sin visos de resolverse a corto plazo y ha provocado una fractura profunda entre la dirección del partido y una parte de su base electoral y militante.