Desde las 05.00 horas de este miércoles, decenas de personas aguardan frente a las puertas de varias inmobiliarias del centro de Santiago, como la Julio Gerpe, con un objetivo común: encontrar piso para el próximo curso universitario. A medida que avanza la mañana, las colas se multiplican y se extienden por varias calles del Ensanche compostelano, en escenas que muchos describen como “una auténtica locura”.
Las imágenes de colas kilométricas frente a agencias como la situada en la Avenida de Vilagarcía recuerdan al fenómeno que se repite cada verano: miles de estudiantes —muchos, incluso, de fuera de Galicia— compiten por un número limitado de viviendas, en un contexto de gran tensión en el mercado del alquiler.
La mayoría de los jóvenes que este miércoles esperaban su turno en la calle reconocían que se vieron obligados a madrugar para tener alguna posibilidad de conseguir una cita. “Estuvimos aquí desde las cinco de la mañana”, compartieron varios usuarios a través del perfil de Instagram de Salseo USC, que relatan cómo, antes del amanecer, ya se había formado una fila considerable. Así se vivía el ambiente unas horas después:
Con la selectividad resuelta y los plazos universitarios avanzando, muchos estudiantes admiten sentir una fuerte presión por cerrar un contrato cuanto antes. “Cada día que pasa es más difícil. Hay muy poca oferta, y lo poco que queda se encarece o desaparece en minutos”, comentaba uno de los jóvenes en la cola.
Aunque cada verano se producen escenas similares, este año se percibe una mayor anticipación y nerviosismo. Algunas inmobiliarias han optado por establecer listas de espera presenciales, lo que obliga a los interesados a acudir en persona, provocando aglomeraciones desde primera hora.
En redes sociales, la situación ha generado comentarios de sorpresa, preocupación y críticas. Varios estudiantes piden más apoyo institucional y medidas que favorezcan un acceso justo y asequible a la vivienda para la comunidad universitaria.
Santiago arrastra desde hace años una creciente tensión en su mercado de alquiler, especialmente en los meses de verano. La elevada demanda, unida a la escasa rotación de pisos y al auge del alquiler turístico, ha convertido el acceso a una vivienda para estudiantes en una carrera de fondo.
A esta hora, las colas siguen activas y no cesa la llegada de estudiantes a la zona centro. Para muchos, la búsqueda de piso se ha convertido en una auténtica odisea, que exige madrugar, armarse de paciencia y, sobre todo, suerte.