Las concejalas no adscritas del Concello de Santiago han mantenido en los últimos días reuniones con la Unión de Consumidores de Galicia y con la Unión Hoteleira Compostela con el objetivo de definir su voto ante la ordenanza de la tasa turística, que se someterá a votación en el pleno municipal del próximo 31 de julio. Tras esos encuentros, han denunciado la falta de diálogo y transparencia por parte del ejecutivo local.
La concejala Mercedes Rosón ha defendido que es necesario que el turismo contribuya a sostener la ciudad sin que ello suponga una merma en la calidad de vida de la ciudadanía. Sin embargo, considera que el proceso ha comenzado con mal pie. A su juicio, el gobierno de Goretti Sanmartín no ha propiciado ni el debate ni el consenso con el sector antes de elaborar la ordenanza.
Uno de los puntos que más críticas ha suscitado por parte de las concejalas no adscritas es la falta de concreción sobre el destino del dinero recaudado. Aunque el texto replica la normativa autonómica y señala que el 80 % de la recaudación deberá destinarse a gastos vinculados con el turismo sostenible, Rosón considera insuficiente esta formulación y exige mayor precisión.
Además, rechaza la creación de una nueva comisión para gestionar los ingresos, como prevé el borrador de la ordenanza. En su lugar, propone que esta tarea recaiga en el Consello Municipal de Turismo, ya existente, lo que permitiría ahorrar tiempo y garantizar que los fondos empiecen a invertirse cuanto antes en mejoras para Santiago.
Otro de los argumentos esgrimidos por las ediles no adscritas es el desajuste presupuestario que podría provocar la demora en la aplicación de la tasa. Según ha denunciado Rosón, los presupuestos municipales para este 2025 preveían ingresos por valor de 2,6 millones de euros procedentes de esta medida. Al no haberse implementado todavía, esos fondos no podrán recaudarse en el plazo inicialmente previsto.
La concejala cuestiona si la aceleración del proceso en este momento responde a un compromiso real con el turismo sostenible o si simplemente se trata de un intento por cuadrar las cuentas municipales. “¿Quién asume responsabilidades?”, se preguntó Rosón, visiblemente crítica con la gestión del ejecutivo.