Crónica | Así fue el concierto más especial del año en Compostela

El espectáculo musical Candlelight regaló a la ciudad una experiencia sensorial única a la luz de las velas
Crónica | Así fue el concierto más especial del año en Compostela
Momento del espectáculo | Eladio Lois

La capilla del hotel Monumento San Francisco de Santiago de Compostela acogió este fin de semana el espectáculo Candlelight, un evento musical internacional que entremezcla la cálida luz de cientos de velas y las bandas sonoras más icónicas de la historia del cine para cautivar al público con la sutileza de una pequeña actuación y la emoción de un gran concierto.

 

 

 

El show, impartido por el cuarteto Atlánticas y centrado en las composiciones más relevantes de Hans Zimmer, arrancó con un tema lleno de energía y aventura: 'He’s a Pirate' de 'Piratas del Caribe' (2003). Las notas rápidas y vibrantes lograron que los espectadores se sumergieran de inmediato en la vida pirata de Jack Sparrow. Continuando con la suite completa de la película, los músicos evocaron el movimiento del mar y la bravura de los enfrentamientos navales, transportando a todos a un Caribe lleno de leyendas y aventuras.

 

El tono épico se mantuvo con 'Now We Are Free', de 'Gladiator' (2000). Las melodías melancólicas y heroicas resonaron profundamente en el auditorio, trayendo a la mente la figura de Máximo y su lucha por la libertad. Fue uno de los momentos más emotivos de la noche, donde la música parecía fusionarse con el entorno solemne del hotel, creando un ambiente casi espiritual.

 

Otro punto destacado fue 'Red Warrior', de 'El Último Samurai' (2003), una pieza que mezcla intensidad y calma, reflejando la nobleza y el sacrificio del guerrero japonés. Las cuerdas creaban una tensión poderosa, que hacía palpitar al público en cada nota, capturando la esencia de la cultura samurái con precisión.

 

La velada dio un giro inesperado con el 'Medley' de 'Dune' (2021). La música de Hans Zimmer, llena de misticismo y profundidad, transportó a los oyentes a los áridos desiertos de Arrakis, donde cada acorde parecía hablar de la grandiosidad de los paisajes y la inmensidad de los conflictos. Las percusiones resonaban con un aire exótico y misterioso, logrando que la audiencia quedara inmersa en este nuevo universo.

 

El momento de adrenalina llegó con 'Maverick', de 'Top Gun' (2022). La interpretación capturó la velocidad y la intensidad de los combates aéreos, con un ritmo implacable que mantenía a los asistentes al borde de sus asientos. Fue un contraste claro con la pieza anterior, inyectando una dosis de acción y dinamismo a la velada.

 

Con 'Discombobulate', de 'Sherlock Holmes' (2009), la banda aportó un toque de ingenio y ligereza. Las cuerdas rápidas y juguetonas, junto con el tamborileo rítmico, recordaron a la audiencia la astucia y la brillantez excéntrica de Sherlock Holmes. Una interpretación técnica impecable que arrancó sonrisas de complicidad en el público.

 

El ambiente se volvió nostálgico y emocional cuando sonaron las primeras notas de 'Can You Feel The Love Tonight', de 'El Rey León' (1994). Esta famosa balada, interpretada con delicadeza, evocó sentimientos de ternura y amor. El público, en silencio absoluto, parecía estar completamente envuelto en la magia de la música.

 

La oscuridad y el drama retornaron con 'A Dark Knight', de 'Batman' (2008). La intensidad y el peso de la composición transmitieron a la perfección el dilema moral del Caballero Oscuro, con notas graves que recordaban la lucha interna del héroe entre la justicia y la venganza.

 

La suite de 'Wonder Woman' (2017) brindó un momento lleno de fuerza y empoderamiento. Las notas vibrantes y potentes capturaron el espíritu de la heroína amazona, y las cuerdas y percusiones resonaban con energía, haciendo que el público sintiera la presencia de la poderosa guerrera en la sala.

 

En la recta final, 'Supermarine', de 'Dunkerque' (2017), trajo de nuevo la tensión. Con un ritmo constante que crecía en intensidad, la banda transmitió la desesperación y el peligro de la guerra, mientras las cuerdas subían en espiral, arrastrando a los oyentes a una atmósfera de urgencia y drama.

 

El clímax del espectáculo llegó con dos piezas del aclamado 'Inception' (2010). Primero, 'Dream is Collapsing', una composición que atrapó a la audiencia en un crescendo de tensión que parecía imitar el colapso de los sueños dentro de la película. La interpretación fue precisa, con cada músico contribuyendo a la sensación de caos y desmoronamiento que caracteriza la escena en la cinta.

 

El cierre perfecto fue 'Time'. Esta pieza, una de las más aclamadas de Hans Zimmer, envolvió al público con su melancolía y serenidad. Las notas repetitivas y el crescendo emocional marcaron un final emotivo, dejando a la audiencia en un estado de introspección, con las últimas notas flotando en el aire mientras el resplandor de las velas aún iluminaba la sala.

 

 

 

Al concluir, los músicos recibieron una ovación prolongada, fruto de una interpretación impecable que hizo vibrar a cada asistente. Candlelight no solo ofreció un concierto, sino una experiencia sensorial, en la que la música y la luz se fusionaron para crear una velada única que quedará para siempre grabada en la memoria del público picheleiro.

 

El ritmo no para: próximas fechas

 

Quienes se hayan perdido esta cita deben saber que Candlelight regresará a la ciudad, aunque con un tono diferente, el próximo 12 de octubre. Esta fecha, el hotel Monumento San Francisco abrirá nuevamente sus puertas para acoger un show tributo a Abba.


Canciones como ‘Dancing Queen’ o ‘Waterloo’ sonarán en su versión clásica para que la nostalgia y el ritmo se apoderen de los amantes de los conciertos y las experiencias irrepetibles. Sin duda, un plan atractivo es acercarse a la ciudad con la excusa de la música y, con el sabor que esta deja, recorrerse su zona monumental disfrutando del contrate lumínico que proponen las velas de Candlelight y la luna.

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