Aiudo, la startup valenciana especializada en cuidados a domicilio, ha dado un paso decisivo en su expansión con la apertura de una nueva sede en pleno centro de Santiago de Compostela, desde la que ya ofrece el Servicio de Ayuda a Domicilio (SAD) a personas dependientes de toda Galicia. La empresa, que contaba con oficinas en Madrid, Valencia y Sevilla, ve en Galicia una oportunidad estratégica, no solo por su elevada tasa de envejecimiento, sino también por el compromiso institucional con las políticas sociales.
Con una trayectoria de más de diez años, Aiudo ha gestionado miles de casos en toda España gracias a un modelo que prioriza la calidad del servicio y el impacto social. Ahora, con una bolsa de trabajadores consolidada en la comunidad y una relación histórica y emocional con ella —su primer servicio se prestó en Galicia en 2016—, la empresa quiere reforzar su presencia territorial con una oferta de cuidados que va más allá del acompañamiento básico: fisioterapia, terapia ocupacional o pequeñas reparaciones son solo algunas de sus nuevas incorporaciones.
Conversamos con Daniel Ibiza, CEO de Aiudo, sobre los retos y oportunidades de esta nueva etapa, el papel de Galicia en su plan de expansión y su visión sobre el futuro de los cuidados domiciliarios en España.
¿Cómo definiría el modelo de cuidados que propone Aiudo frente al de otras empresas del sector?
Siempre hemos querido diferenciarnos por la flexibilidad y la personalización hacia el cliente. De puertas para dentro lo llamamos "el traje a medida". Me explico: Si un cliente no sabe si su padre aceptará los cuidados, comenzamos con pocas horas o un servicio temporal para reducir el riesgo por si se tiene que cancelar todo después del primer día. ¿Si el cliente necesita servicio los sábados y domingos porque el ayuntamiento le presta servicio solo entre semana? Lo prestamos también. Lo que últimamente hemos tenido que vigilar mucho es que no se convierta un servicio de "buffet libre" en el que el cliente pide que la cuidadora tenga coche, hacer uso de él y entre 30 y 40 años. Ahí hemos tenido que poner límites profesionales, asesorar y concienciar.
Han sido acreditados por la Xunta para ofrecer el Servicio de Ayuda a Domicilio. ¿Qué significa este respaldo institucional para una empresa como la suya?
Una muy buena noticia. El problema de esto es que en España hay que acreditarse comunidad a comunidad y cada una tiene requisitos distintos. Por eso llevabamos tiempo intentando recibir la concesión.
Galicia es una de las comunidades con mayor envejecimiento de Europa. ¿Qué papel juega este dato en su estrategia de implantación?
Efectivamente, además de tener mucha población en el entorno rural y una cultura del cuidado muy asentada. Por esta razón, detectamos que aunque prestar servicios en zonas rurales tenía una complejidad mayor, veíamos que los servicios duraban mucho tiempo de forma estabilizada. Nuestro segundo cliente era de Narón y entre los diez primeros atendidos en zonas rurales muy aisladas, con éxito. Eso hizo que siempre tuviéramos esta región pendiente de desarrollar.
¿Cuántas personas trabajan actualmente para Aiudo en Galicia y qué previsión de crecimiento tienen a corto y medio plazo?
Las personas en plantilla varían según los servicios. Nuestra política es la de que un mismo auxiliar vaya siempre al mismo servicio. Por tanto, cuando la familia decide llevarse al mayor a una residencia o suceden otras cosas, lamentablemente, termina el servicio. Tenemos en torno a una docena de auxiliares trabajando y aparte gestionamos a más de 60 cuidadores contratados directamente por la familia. Todo esto es importante, pues ninguno de ellos es autónomo ni está sin dar de alta.
¿Cuál es el perfil medio del usuario que atienden en Galicia? ¿Y el de los cuidadores?
Lamentablemente, el alzhéimer y la movilidad reducida son las patologías que más vemos y que debemos atender directamente con nuestros auxiliares. En cuanto a los cuidadores, tienen de 30 a 55 años. Pero si tuviera que quedarme con una franja diría 40 a 50 es la más habitual. Suelen ser mujeres, con el certificado de profesionalidad o con muchos años de experiencia.
Aiudo tiene una historia particular con Galicia: aquí se prestó su primer servicio en 2016. ¿Qué recuerdos tiene de aquel momento?
Sí, creo que fue el primero o el segundo. Recuerdo que lo hice yo, personalmente, desde la comercialización, hasta la gestión laboral. Entre medias, en la selección de candidatos, recuerdo que garantizábamos 3 perfiles. Cuando ya llevaba dos seleccionados me pedían el tercero, yo sabía que debía seleccionarlo, pero por algún motivo pensé en convencer a la familia que si le había gustado alguna de las dos cuidadoras primeras que probaran con ellas. Y así fue, a partir de ahí, años y años de servicio.
Finalmente, ¿cómo imagina Aiudo dentro de cinco años en Galicia?
Espero que tengamos una presencia fuerte y de referencia, tanto en Santiago, como en Pontevedra, A Coruña y Lugo. Son ciudades donde tenemos muchos cuidadores y podemos prestar muchos más servicios de los que prestamos actualmente. Es decir, tenemos la logística y el talento.