Las elecciones europeas mantuvieron en Santiago un tinte semejante al de la Comunidad, aunque con algunas diferencias.
Como en el conjunto de Galicia, fue el PP quien se impuso con cierta comodidad al resto de formaciones, logrando un 40,82% de los votos.
Si bien la cifra es ligeramente más baja que la obtenida por la formación en el conjunto de Galicia (43,62%), el sabor de boca que les ha dejado es muy bueno.
Los populares se convierten en la fuerza preferida por la mayoría de los compostelanos después de ocupar el segundo puesto en los comicios previos.
La siguiente fuerza más votada fue el Partido Socialista que, a pesar de reunir más de 10.000 papeletas (24,52% del total), desciende una posición con respecto al año 2019, cuando fueron la primera opción de los santiagueses.
El bronce, manteniendo fielmente los pronósticos, lo ocupó el Bloque. Eso sí, muy cerca de los socialistas, ubicados solamente 1.500 votos por encima.
Aunque se sitúan por detrás de PP y PSOE como en el conjunto de la Comunidad, su resultado local es mucho mejor, ya que la cuota de votos que alcanzaron fue del 21,21% frente al 16,13% obtenido entre el resto de los gallegos.
La noche electoral permitió radiografiar a la perfección el sentir de la capital gallega.
La sede del PP vivió la alegría propia de un partido al alza, con una tendencia claramente positiva que mejora con creces sus anteriores resultados.
Un sentimiento muy parecido al de los nacionalistas que, de igual forma, crecieron tanto a nivel general como a nivel local.
Sin embargo, fue el Partido Socialista quien tuvo que asumir una presagiada derrota que se manifestó en Compostela en la pérdida de 6.000 votantes con respecto al año 2019.