La forma en que se diagnostican y tratan las infecciones pulmonares infantiles podría dar un giro radical gracias a dos estudios liderados por los investigadores de la Universidad de Santiago de Compostela (USC), Antonio Salas Ellacuriaga y Federico Martinón Torres. Sus hallazgos, publicados en las prestigiosas revistas iScience y Nature Communications, abren la puerta a tratamientos más precisos y personalizados.
La neumonía es una de las principales causas de mortalidad infantil a nivel global, con más de 1,4 millones de muertes anuales en niños menores de cinco años, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). La clave para reducir esta cifra está en un diagnóstico más exacto que permita tratamientos adecuados desde el primer momento. Aquí es donde los estudios de la USC marcan la diferencia: la identificación de biomarcadores transcriptómicos que permiten distinguir de manera precisa las infecciones víricas de las bacterianas, evitando el uso innecesario de antibióticos y contribuyendo a la lucha contra la resistencia antimicrobiana.
El primer estudio, publicado en iScience, demuestra que una firma transcriptómica compuesta por cinco transcritos es capaz de diferenciar con gran precisión si una neumonía infantil tiene origen viral o bacteriano. Esto significa que los médicos podrán saber con certeza si un antibiótico es necesario o no, reduciendo su uso inadecuado.
"Estamos ante un paso de gigante en el diagnóstico de las infecciones respiratorias", afirma Antonio Salas, quien destaca la importancia del uso de biomarcadores para complementar las pruebas microbiológicas tradicionales.
Por su parte, Federico Martinón pone el foco en la aplicación clínica de este avance: "No solo mejoraremos la atención pediátrica, sino que también ayudaremos a combatir la pandemia silenciosa de la resistencia a los antibióticos, una de las mayores amenazas para la salud global".
El segundo estudio, publicado en Nature Communications, se centra en un agente patógeno concreto: Mycoplasma pneumoniae, responsable de neumonías atípicas que recientemente han causado importantes brotes en China y Europa. Aquí, los investigadores han dado un paso más al emplear inteligencia artificial y técnicas de machine learning para analizar más de 1.000 firmas transcriptómicas y encontrar las que mejor diferencian esta infección de otras neumonías.
Los resultados son prometedores: firmas compuestas por entre 3 y 10 transcritos logran una capacidad diagnóstica "casi perfecta" para distinguir M. pneumoniae de otras neumonías, tanto víricas como bacterianas. "Este avance permitirá elegir el tratamiento más adecuado desde el primer momento, mejorando los pronósticos y evitando errores en el manejo de la enfermedad", explican los autores del estudio.
Actualmente, la neumonía se trata en muchos casos de forma empírica, sin una confirmación clara de su causa. Esto puede llevar a tratamientos inadecuados y a un uso excesivo de antibióticos. Con el desarrollo de estas firmas transcriptómicas, los profesionales sanitarios podrán tomar decisiones más informadas y eficaces. "Esto supone una revolución en el manejo de la neumonía en pediatría", afirma Martinón.
La validación de estas firmas en cohortes más amplias y diversas ya está en marcha, y los investigadores no descartan que, en el futuro, estas pruebas puedan llegar a dispositivos portátiles disponibles en hospitales e incluso farmacias, al estilo de los test rápidos de la gripe o la COVID-19.
Con Mycoplasma pneumoniae en aumento en Europa y China, contar con herramientas diagnósticas más rápidas y precisas es más urgente que nunca. Desde la USC, este equipo de científicos está marcando el camino hacia una nueva era en la lucha contra las infecciones respiratorias infantiles.