Dos chicas de 19 años que se encontraban bañándose con un grupo de amigos en el Tambre tuvieron que ser atendidas por los servicios de Emergencias tras precipitarse por una cascada. Aunque esta no era demasiado grande, la intensidad de la corriente en el siguiente tramo del río les impidió recuperar la posición. Ante las llamadas de auxilio, un amigo suyo —de la misma edad— se lanzó al agua sin pensarlo para socorrerlas, mientras que los demás se encargaron de llamar a las autoridades.

En ese punto, aunque el chico que saltó logró asistirlas, la fuerza de la corriente —anormalmente violenta debido al derrumbamiento de una presa— no le permitió más que ayudarlas a subirse a unas rocas, en las que permanecieron juntos hasta que llegaron los Bomberos.

Estos acudieron muy rápido; no tardaron ni 15 minutos desde que fueron avisados. A pesar de que no tenían un equipo especial para un rescate de este tipo, tuvieron la perspicacia de usar una camilla a modo de salvavidas. Se desnudaron y, a nado, la llevaron hasta los jóvenes en peligro para, uno a uno y sin mayores dificultades, devolverlos a la orilla. 

Actuación heroica

Testigos del suceso insisten en la angustia que se vivió durante el accidente. Especialmente, hasta la intervención del joven héroe. "Si no llega a estar él, pudo haber sido muchísimo peor", explica el grupo de amigos de los protagonistas de la historia, además de elogiar el trabajo de Emergencias. En concreto, señalan que los Bomberos fueron los únicos que intervinieron de forma directa.

Tanto las chicas como su salvador no sufrieron daños considerables, "solamente arañazos" y un susto que tardará bastante en desaparecer de sus cuerpos.