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domingo | 26 enero | 2025
La educación de los niños y niñas con cáncer necesita un cambio urgente. Así lo defiende Carlos Loureiro Romero en su tesis ‘La colaboración entre los profesionales para el desarrollo educativo de niños y niñas con cáncer’, presentada en la Universidad de Santiago de Compostela (USC). El investigador reúne 39 propuestas clave para mejorar los protocolos actuales y garantizar que estos menores puedan continuar sus estudios sin obstáculos innecesarios.
Entre las mejoras sugeridas, Loureiro aboga por asignar un responsable específico para gestionar cada caso, facilitar los trámites administrativos a las familias mediante procesos telemáticos y centralizar la información en una plataforma digital accesible para todos los implicados. Además, sugiere que se firmen convenios con asociaciones especializadas en actividades para niños con cáncer, ampliando los recursos disponibles para su desarrollo.
En el ámbito educativo, Loureiro propone medidas concretas como “realizar actividades semanales con los compañeros de clase, visitar el centro cuando el estado de salud lo permita y mantener la comunicación con otros alumnos mediante videollamadas”, estrategias que buscan mantener el vínculo social y emocional de los menores con su entorno escolar.
El estudio denuncia la falta de concreción en la legislación vigente sobre quién debe asumir las adaptaciones curriculares necesarias para estos estudiantes. Según Loureiro, la legislación es "muy abstracta" y existen notables diferencias entre comunidades autónomas. Esta falta de uniformidad complica la coordinación entre los profesionales y añade estrés a las familias, especialmente en casos de recaída.
“Cuando se produce una recaída, las familias tienen que repetir todo el proceso administrativo desde cero, lo que incluye nuevas solicitudes y, en ocasiones, cambios de profesorado, algo que puede dificultar el proceso educativo del menor”, explica el autor.
La tesis, dirigida por Beatriz Cebreiro López y Carmen Fernández Morante, analiza cómo intervienen las distintas partes implicadas en la educación de niños con cáncer: centros educativos, docentes hospitalarios, docentes domiciliarios, familias y administración. Loureiro también comparó los protocolos educativos de Infantil, Primaria y los primeros cursos de la ESO en varias comunidades autónomas, constatando que muchas normativas no se cumplen en el día a día y que la falta de coordinación es uno de los principales obstáculos.
El investigador destaca la importancia de establecer un modelo educativo más inclusivo y funcional, adaptado a las necesidades específicas de los menores con cáncer, para garantizar que puedan continuar sus estudios de manera digna y sin interrupciones.
Esta investigación, realizada en la USC, pone de manifiesto la necesidad de mejorar los procesos educativos destinados a este colectivo, pidiendo reformas legales que reduzcan la burocracia y promuevan una mayor empatía y coordinación entre los profesionales implicados.
Loureiro concluye que la clave está en un enfoque más humano: menos trámites, más apoyo y una mejor conexión entre las familias, los centros educativos y la administración. Una propuesta que, de hacerse realidad, podría transformar la vida de muchos niños y niñas que enfrentan una de las luchas más duras.
