La Catedral de Santiago de Compostela celebró este domingo 1 de junio, coincidiendo con la Solemnidad de la Ascensión del Señor, la incorporación de dos nuevos canónigos capitulares y tres canónigos honorarios, en un acto solemne presidido por el arzobispo monseñor Francisco José Prieto Fernández. La ceremonia comenzó a las 17:00 horas con el rezo de las Segundas Vísperas y contó con la presencia del arzobispo emérito Julián Barrio, miembros del cabildo, representantes de la diócesis, familiares y numerosos fieles.
Los sacerdotes José Andrés Fernández Farto, vicario general de la Diócesis de Santiago, y José Antonio Castro Lodeiro, rector del Seminario Mayor Interdiocesano, tomaron posesión como canónigos capitulares. Junto a ellos se incorporaron como canónigos honorarios los presbíteros Andrés Álvarez Castiñeiras, Manuel Barbazán Tomé y Francisco García Fraile, reconocidos por su extensa trayectoria de servicio pastoral en la Catedral y la diócesis.
La toma de posesión siguió el rito tradicional, con la lectura del decreto arzobispal, la profesión de fe y el juramento ante el Evangelio. Tras ello, los nuevos canónigos recibieron sus distintivos –la esclavina coral, la liturgia de las horas y el bonete– y ocuparon sus sitios en el coro catedralicio, como signo de su plena integración en el cabildo.
En su homilía, monseñor Prieto recordó el sentido profundo de la Ascensión, llamando a los nuevos canónigos y a todos los presentes a no quedarse “mirando al cielo”, sino a vivir la fe desde la tierra, con un testimonio comprometido y abierto al mundo. “La esperanza no es solo una idea, sino una certeza que nos impulsa a seguir adelante”, expresó el arzobispo, que apeló a hacer de la Catedral un lugar de acogida y consuelo para los peregrinos que llegan desde todos los rincones del mundo.
En representación de los nuevos miembros, José Andrés Fernández Farto agradeció la confianza depositada y asumió el nuevo encargo como una responsabilidad de servicio, reafirmando su compromiso con la misión evangelizadora del templo compostelano. Subrayó la importancia del cabildo como garante del culto, la acogida y el encuentro entre la fe y la cultura, y destacó la dimensión universal de la Catedral como símbolo de esperanza y búsqueda espiritual.
El cabildo catedralicio de Santiago de Compostela es una institución con siglos de historia, cuya labor principal es garantizar la celebración diaria de la liturgia, especialmente en los momentos clave del calendario litúrgico, como los Años Santos. Asimismo, se encarga de custodiar el templo, atender pastoralmente a los fieles y mantener viva la tradición espiritual del Camino de Santiago.