El grupo municipal del PSdeG ha exigido este martes al gobierno de la alcaldesa de Santiago, Goretti Sanmartín, que deje atrás la confrontación institucional y trabaje “de forma activa” para lograr que la capital gallega sea declarada zona de mercado residencial tensionado. La medida, aprobada en el pleno del Concello y remitida a la Xunta, permitiría limitar el incremento de los alquileres, pero se encuentra ahora en punto muerto tras la respuesta del Ejecutivo autonómico, que considera que la solicitud fue desistida por parte del consistorio.
Desde las filas socialistas compostelanas, su portavoz Gumersindo Guinarte acusó al gobierno de Sanmartín de “frenar el avance” del proceso con una “actitud pasiva” centrada únicamente en intercambios epistolares con la Xunta. A su juicio, la prioridad debe ser sentarse con el Gobierno gallego “y modificar todo lo que sea necesario” para culminar con éxito la declaración.
El portavoz del PSdeG en el Concello criticó los “egos” institucionales y subrayó que no pueden estar por encima del derecho de la ciudadanía a una vivienda digna. “Convén recordar que a vivenda é o problema que máis preocupa aos cidadáns de Santiago de Compostela”, recordó Guinarte, para quien esta medida permitiría frenar el incremento de los precios y convertir ese derecho en una realidad “efectiva e non unha simple quimera”.
En su intervención, Guinarte aludió también al caso de A Coruña, ciudad que —según dijo— inició más tarde que Santiago este mismo proceso y que ya cuenta con la declaración como zona tensionada aprobada por el Gobierno central.
Además de reclamar mayor iniciativa al gobierno local, los socialistas también pidieron a la Xunta de Galicia que deje de “poñer trancos” administrativos que bloqueen la aplicación de la medida. Afirmaron que este tipo de trabas solo contribuyen a dilatar soluciones urgentes para la ciudadanía.
Desde el PSdeG recordaron que llevan más de un año y medio defendiendo esta figura de protección del mercado residencial y advirtieron que cualquier bloqueo supondría una irresponsabilidad ante la principal preocupación social en Santiago: el acceso a la vivienda.