A comienzos de este mes, la agrupación socialista del Ayuntamiento de Santiago emitió un comunicado manifestando su preocupación por las concentraciones de vehículos que, periódicamente, se celebran en el polígono industrial de A Sionlla.
En el escrito advertían del “perigo que poden supoñer polas velocidades ás que circulan os coches” y deslizaban que podría tratarse de una práctica ilícita. A esto último, el propio Gobierno local respondió asegurando que la Policía tiene constancia de estas reuniones y que, hasta ahora, “non se detectaron carreiras nin prácticas similares”.
Ante la preocupación exhibida por algunas agrupaciones y sectores de la sociedad santiaguesa, los participantes de estas quedadas han querido alzar la voz para defender sus intereses y, sobre todo, asegurar que no suponen ningún peligro para nadie.
Uno de sus participantes frecuentes, Iago Mato, explica que estos encuentros son, en esencia, “quedadas de amigos”, con la única particularidad de que están enfocadas “a compartir su pasión por los coches”. Señala que a estas asisten, incluso, padres con sus hijos, y que no hacen nada diferente a quien decide “salir a dar un paseo o a una discoteca”.
Normalmente, las citas suceden los viernes o los sábados, “y pueden concentrar, de media, a unas 80 personas, aunque ha habido días que se han superado las 300”, relata el joven, quien lleva más de un lustro asistiendo a estos encuentros.
Los usuarios insisten, además, en que eligen precisamente el polígono de A Sionlla porque “es imposible molestar a nadie ahí”, ya que no hay ninguna vivienda cerca y la actividad industrial a esa hora ya ha terminado. "Llevan muchos años, más de diez, haciéndose aquí y nunca hemos recibido ninguna queja por parte de nadie, así que no entendemos el revuelo que se ha montado ahora", comentan.
En cuanto a las carreras, Iago argumenta que “aunque quisieran, es imposible hacerlas porque no hay espacio suficiente”. También matiza que cualquier individuo puede actuar de forma irresponsable, pero como en cualquier otra situación, y que eso no implica todos se comporten de la misma forma.
En cualquier caso, anima a todo aquel que todavía tenga sus dudas sobre el carácter y la seguridad de estos eventos a pasarse por la zona y comprobar de primera mano que solo es un grupo de personas socializando a través de afición al automovilismo.
Los participantes de las quedadas insisten en que la localización elegida, en la calle Formarís de A Sionlla, obedece al deseo de no interferir en la vida de nadie. Señalan que para poder juntarse tantas personas con sus coches y sin molestar al resto es necesario un lugar así, amplio y alejado de zonas residenciales, y que no hay muchos más espacios en Santiago que cumplan estos requisitos.
“Si alguna institución se ve capacitada para crear un recinto público y controlado donde podamos juntarnos, estaremos encantados de utilizarlo, pero hasta el momento tendremos que seguir haciéndolo aquí”, sentencian los usuarios.