Lo más bonito de marcharse siempre es volver. Tener el corazón en dos tierras es algo único, verdaderamente complicado de describir, pero no hay familia gallega sin emigrante, así que seguramente el lector de estas líneas no necesite hacer ningún esfuerzo para experimentar esa melancolía esencial.
En cualquier caso, la cultura es una poderosa herramienta que nos permite, como pueblo, tener un pie en cualquier parte del mundo. Siempre y cuando, por supuesto, haya una persona dispuesta a mantenernos presentes por medio de nuestras creencias, tradiciones, costumbres, valores y, en definitiva, todo lo que conforma nuestro estilo de vida.
Por todo ello es tan sumamente importante preservar y cuidar la tradición como lo que es; algo propio, único e irremplazable. Galicia lo sabe, y es ese el motivo por el que la Xunta impulsa iniciativas tan interesantes como ‘Escolas Abertas’, cuya jornada inaugural tuvo lugar la mañana de ayer en Compostela.
Este proyecto, promovido por la Secretaría Xeral da Emigración del Gobierno autonómico, tiene como objetivo facilitar a todos los gallegos del exterior el acceso a la que también es su cultura. Para cumplir con el cometido, el plan ofrece actividades formativas presenciales a docentes de asociaciones de migrantes que, a su vez, se encargarán de la redifusión del conocimiento adquirido en los países donde se encuentran afincados.
La Secretaría Xeral da Emigración se hace cargo de los gastos de la organización de los eventos, así como de los materiales didácticos, los viajes de ida y vuelta y las estadías de los participantes; por lo que es un verdadero llamamiento a que todo el que quiera volver, lo haga.
En total, son 74 —unos pocos procedentes de Europa y la mayoría de Latinoamérica— los profesores con raíces locales que esparcirán de vuelta en su país de residencia cómo vivimos aquí. Además, gracias al efecto multiplicador, sus alumnos podrán hacer lo mismo, así que Galicia se dará a conocer un poco más al mundo de una manera totalmente orgánica.
Los cursos impartidos recorren aspectos muy diferentes de lo que es la tradición local. Concretamente, las modalidades o disciplinas impartidas son la interpretación de gaita, pandereta y canto, percusión, dirección, confección de trajes y baile; siendo esta última, con diferencia, la más demandada.
En definitiva, abordan algunas de las áreas más populares en las asociaciones y centros gallegos del exterior. Estas, además, son, como explican desde Emigración, fundamentales para “manter nutridas e sas as raíces dos emigrantes e dos seus descendentes coa súa terra de orixe”.
Tendrán unos diez días para especializarse en la disciplina que hayan escogido, puesto que, en principio, regresan el próximo 16 de julio. En este tiempo, permanecerán alojados en el Centro Superior de Hostelería de Galicia, en Santiago, donde también se impartirán las clases y donde se les ofrecerán todos los servicios que necesiten.
Por otro lado, en su estancia realizarán otras actividades culturales para que puedan conocer de primera mano el patrimonio humano y natural de la Comunidad. No obstante, tal y como recalcan los propios maestros de los talleres, a esta iniciativa “vimos a traballar e temos que ser esixentes para non defraudar aos galegos que o fan posible”.
El objetivo de ‘Escolas Abertas’ es formar a los participantes en disciplinas y artes propias de la cultura gallega. A partir de ahí, hay opciones adaptadas a las preferencias de cada uno. Recorren áreas tan diferentes entre sí como el diseño de trajes tradicionales, la interpretación musical o la danza. Incluso, hay uno enfocado a formar directivos de asociaciones. El fin de este último taller es que los centros gallegos del exterior cuenten con personal instruido capaz de mantener una buena relación con la Administración de nuestra Comunidad y entrenar sus facultades de comunicación y organización.
El acto oficial de bienvenida de ‘Escolas Abertas’ tuvo lugar la mañana de ayer en el Centro Superior de Hostelería de Galicia, en Santiago. El evento, presidido por el secretario xeral de Emigración, Antonio Rodríguez Miranda, congregó a más de medio centenar de gallegos (o descendientes de gallegos) afincados en países como Chile, Cuba, México, Venezuela, Argentina, Uruguay, Brasil y, por supuesto, de otros puntos de España.
Era una experiencia conocida para muchos de ellos, ya que un porcentaje importante había participado en ediciones anteriores del proyecto. Sin embargo, era la primera vez la mayoría y, si en algo coinciden todos, es en su deseo de repetir el año que viene. Y eso que acaban de llegar.
Es el caso de Adriana Puoy, residente en Montevideo (Uruguay) y una de las más veteranas en la especialidad de canto y pandereta. Relata que la inmigración gallega en su ciudad es muy importante, y que eso fue lo que le hizo querer acercarse al folclore de nuestra tierra. “Es algo importantísimo lo que hace la Xunta para esparcir la cultura en los que conformamos la diáspora gallega”, explica emocionada y manifestando su agradecimiento.
Diogo Enriquez viene de São Paulo (Brasil), pero sus padres son de aquí. Él hará el curso enfocado a directivos con el objetivo de adquirir los conocimientos necesarios para poder organizar asociaciones culturales en su país y, de este modo, “levar a cultura de Galicia ao resto mundo”.
“De México para el mundo”, Iria Núñez quiere aprender nuestra danza típica. “Bailo desde los cinco años y como mis papás nacieron acá quise animarme a conocer cosas nuevas”, explica ilusionada.
Sin embargo, no todos los participantes de este proyecto vienen del otro lado del charco. Algunos, como Javier o David, vienen de España (Madrid y Canarias, respectivamente). No son gallegos, pero siempre les ha interesado nuestra cultura y, deseosos experimentarla de forma directa, mano se han animado a vivir esta experiencia.
También hay historias verdaderamente emocionantes. Andrea viene del barrio de La Candelaria de Caracas, donde la mayoría de la población es descendiente de españoles y portugueses. En el que es su primer viaje al extranjero, ha decidido que quiere quedarse a vivir aquí, puesto que la situación en su país es muy complicada y Galicia le ha demostrado en muy poco tiempo que puede sentirse como su nuevo hogar.
Los más de 70 participantes de la iniciativa ‘Escolas Abertas’ no son los únicos elegidos para reencontrarse con su tierra de origen. A partir del próximo 19 de julio, decenas de jóvenes de entre 18 y 20 años vendrán a nuestra Comunidad para hacer el Camino de Santiago en el marco del proyecto ‘Conecta con el Camino’, que también impulsa la Secretaría Xeral da Emigración.
Con la misma idea que el plan presentado ayer, la Xunta busca favorecer a través de ayudas económicas que la juventud de la Galicia exterior recupere el contacto con la tierra de origen de sus padres y abuelos. Así, según lo previsto en el programa, los inscritos realizarán a pie ocho tramos de la ruta portuguesa (que comprende 100 kilómetros) y diferentes actividades culturales enfocadas a conocer nuestra situación socioeconómica. Algunos de los países implicados en esta propuesta son Brasil, Cuba, Argentina, Uruguay y Venezuela.
El secretario xeral da Emigración, Antonio Rodríguez Miranda, define esta iniciativa como “unha maneira de potenciar a cultura galega no mundo”. En sus propias palabras, “hai unha semente que se cultiva nos case 200 centros galegos que temos en todo o mundo, pero, como calquera elemento vivo, debemos coidalo, mantelo e darlle vigor; e é iso o que queremos facer”.
Miranda hace hincapié en la idea de que los participantes de ‘Escolas Abertas’ actúan como docentes en sus países. Gracias a la función que desempañarán al regresar a sus lugares de residencia, miles de personas —con origen español o sin él— podrán acercarse a nuestras costumbres y, por lo tanto, mantener vivo nuestro estilo de vida en casas de todo el mundo.
Asimismo, desde Emigración han querido destacar que la demanda del programa es muy alta. Por supuesto, mucho más elevada que la propia oferta. Con todo, desde la Secretaría Xeral confirman que este año han hecho ”un esforzo especial para incrementar substancialmente o número de prazas”.
Por otro lado, además del objetivo prioritario de exportar nuestra tradición, el representante de la Xunta subraya que la visita de personas de otros puntos del globo también aporta mucho aquí y permite una fusión de culturas que, en muchos casos, resulta en producciones artísticas únicas.
En definitiva, gracias a esta propuesta, decenas de personas podrán llevar trozos de Galicia a los rincones donde se han acabado asentando; lo que es una caricia al corazón de los miles de personas que lo tienen entre dos tierras. Al final, lo más bonito de marcharse es volver, y para ello no siempre hace falta viajar. Si la cultura vuelve con uno, uno vuelve con la tierra.