Una investigación llevada a cabo por la profesora ayudante doctora, del Departamento de Historia del Arte de la Universidade de Santiago de Compostela (USC), ha permitido identificar la autoría, el título y la fecha de un cuadro hasta ahora anónimo perteneciente al patrimonio artístico de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de la Ciudad de Santiago (RSEAPS).
La obra, conocida hasta ahora como Vista de ciudad, ha sido atribuida por Cortés al pintor Juan de la Corte (Madrid, 1585–1660) y renombrada como Paisaje arquitectónico. Además, ha sido datada en la primera mitad del siglo XVII, lo que descarta su origen en la Escuela de Dibujo de la RSEAPS, como se había barajado previamente.
La investigadora presentó sus conclusiones durante una mesa de debate celebrada en el marco del ciclo “La RSEAPS y sus fondos artísticos”, organizada por la propia institución en colaboración con el Grupo de Investigación IACOBUS de la Facultad de Geografía e Historia de la USC. En su intervención, reveló que el hallazgo clave fue un documento localizado en el archivo de la RSEAPS, donde se menciona un depósito de obras realizado por el Museo Nacional de Pintura y Escultura entre 1885 y 1905. Este museo, conocido como el Museo de la Trinidad, custodiaba una amplia colección procedente de conventos desamortizados.
Dicho documento permitió confirmar que el cuadro no provenía de los conventos compostelanos desamortizados en el siglo XIX —como se sospechaba— ni formaba parte de los ejercicios académicos de la Escuela de Dibujo, ya que no presenta firma, algo habitual en obras anteriores al siglo XIX.
Según explicó Cortés, el autor del cuadro es un pintor de paisajes que trabajaba en el entorno de la Corte madrileña y servía a la monarquía española, aunque no fue oficialmente pintor de cámara. La obra presenta un estilo manierista, con torres medievales, clasicismo arquitectónico y un notable ejercicio de perspectiva y puntos de fuga, características que refuerzan su atribución a Juan de la Corte.
Además, la escena contiene varios grupos de figuras humanas que, según apuntó la profesora, podrían aludir a pasajes del Antiguo Testamento, un aspecto aún por descifrar y que podría abrir nuevas líneas de interpretación sobre el contenido simbólico del lienzo.