En la Rúa do Olvido, uno de esos rincones de Santiago de Compostela donde el tiempo parece bajar el ritmo, se encuentra O Sendeiro, un restaurante convertido en refugio para quienes buscan algo más que comer: vivir una experiencia.
El local fundado por Alberto Fernández y Sergio Delpont no es un sitio cualquiera. Nació en una antigua curtiduría del siglo XIX, un espacio donde antaño se curtían pieles y se hablaba cara a cara, sin pantallas de por medio. Ese pasado sigue vivo entre sus muros, restaurados con cariño para conservar el alma del lugar.
En esta década de vida, por sus mesas han pasado aniversarios, reencuentros, brindis improvisados y sobremesas eternas. Ahora, este aniversario no es un cierre de etapa, sino el comienzo de una nueva: más creativa, más luminosa, más abierta… también por las mañanas.
El desayuno en O Sendeiro se sirve únicamente los sábados y domingos, lo que le confiere un aire especial. Y es que no todos los días se puede comenzar la jornada en un patio interior de ensueño, rodeado de vegetación, piedra y silencio, a un par de minutos de la céntrica y bulliciosa Praza de Galicia.
Todo comienza con lo esencial: un buen café, un zumo de naranja recién exprimido y fruta de temporada. Fresco, sencillo, reconfortante. Pero la propuesta no se queda ahí.
Lo siguiente es una delicia que engancha: tostas de jamón con aguacate y aceite, sabrosas y equilibradas, que conquistan desde el primer bocado.
Después llegan unos bocados de salmón con queso crema, pensados para los amantes del mar, con una textura suave y un punto salino perfecto.
Pero la sorpresa continúa. Las minihamburguesas de calabaza y cebolla caramelizada aportan un contraste dulce y cálido, casi otoñal, que marida a la perfección con los sabores anteriores. Y para los que disfrutan del dulce, la recompensa final es inolvidable.
Primero, galletas artesanas de chocolate blanco y negro, tan buenas que no basta con una.
Luego, un gofre con nata y caramelo que cierra el desayuno con buen sabor y una sonrisa.
El desayuno puede disfrutarse en su terraza interior, un rincón oculto y mágico donde cada mesa parece una postal. Pero también existen tres espacios reservados para quienes buscan intimidad: el Reservado de la Fuente, con una fuente original del siglo XIX; el Reservado de la Galería, con entrada propia desde la calle; y el Reservado para Reuniones, con pantalla incluida para encuentros profesionales.
O Sendeiro, además, cuida los detalles que importan: opciones para dietas especiales, espacios pet-friendly y una atención cercana que hace sentir al comensal como en casa.
Desayunar en O Sendeiro no es simplemente empezar el día. Es sumergirse en una Compostela distinta, donde el pasado se abraza con el presente y donde cada bocado tiene algo que contar. En definitiva, una experiencia memorable para quienes pasan quienes quieren disfrutar del sabor del producto local y la tranquilidad a tan solo unos pasos del bullicio de la capital gallega.
A continuación, un vídeo que resume la experiencia completa: