La comunidad educativa de la escuela infantil Galiña Azul de O Castiñeiriño ha dado un paso al frente para denunciar públicamente una situación que, según alertan, está alcanzando niveles “inaceptables”. A través de un comunicado remitido a los medios y presentado también ante el Valedor do Pobo, la Asociación de Familias de Alumnos/as del centro exige una solución inmediata ante “a falta de persoal de apoio e a redución de horas do persoal” que sufre la escuela desde hace meses.
En el documento, las familias advierten de una problemática que no solo afecta al funcionamiento interno del centro, sino que pone en riesgo el bienestar y el desarrollo emocional de los niños y niñas, así como la salud laboral del personal educativo. “A actual situación do centro está a prexudicar directamente ao benestar das crianzas e á súa atención, ao tempo que supón unha sobrecarga de traballo para o persoal técnico”, denuncian.
Desde la Asociación subrayan el papel esencial del personal de apoyo, una figura que, además de contribuir al cuidado y la atención de los pequeños, permite al equipo docente desempeñar su labor con garantías. Sin embargo, esta cobertura ha desaparecido sin previo aviso, provocando una situación límite en la operatividad diaria.
“A súa ausencia compromete gravemente o desenvolvemento da xornada e os coidados das crianzas”, afirman. Según explican, el personal actual se ve obligado a asumir múltiples funciones adicionales, lo que pone en entredicho la calidad del servicio y la atención individualizada que requiere una etapa tan delicada como la educación infantil de 0 a 3 años.
En su escrito, las familias detallan las consecuencias concretas que esta falta de personal está teniendo en el día a día del centro. Entre ellas, señalan episodios de “mordeduras e golpes entre as crianzas”, que se habrían producido como resultado de la ausencia de profesionales especializados que puedan atender adecuadamente a menores con necesidades específicas de apoyo.
La denuncia de O Castiñeiriño se enmarca, según la Asociación, en un contexto más amplio de “desvalorización progresiva do servizo público de atención á infancia”. Sostienen que lo que ocurre en su centro no es un caso puntual, sino una manifestación de un deterioro más generalizado que estaría afectando a otras escuelas del área.
“As escolas infantís non poden funcionar sen o persoal necesario e sen unha planificación adecuada”, insisten. Y es que la falta de previsión, sumada a la precarización del trabajo en estos centros, está generando una tormenta perfecta que, de no abordarse con urgencia, puede poner en jaque todo el modelo.
Con este comunicado, las familias no solo quieren visibilizar su situación particular, sino movilizar a la opinión pública y a las instituciones para que actúen antes de que los efectos sean irreversibles. Reclaman que se cubran las bajas de forma inmediata, se restituyan las horas de personal eliminadas y se adopten medidas estructurales para garantizar una atención digna a la infancia y unas condiciones de trabajo justas para el personal.
“Non pedimos nada extraordinario. Só queremos que se respecte o dereito das nosas crianzas a unha atención de calidade e se dote ao centro dos recursos mínimos imprescindibles para funcionar con normalidade”, concluyen.