La asamblea de trabajadores y trabajadoras del transporte urbano de Santiago ratificó de manera casi unánime el acuerdo alcanzado con TRALUSA y AULUSA-Santiago, empresas del Grupo Monbús, que pone fin a una situación de desigualdad laboral y supone la desconvocatoria definitiva de la huelga prevista para este viernes 21 de marzo.

El acuerdo, negociado en el Consello Galego de Relacións Laborais, establece la creación de un cuadro único de servicios, en el que los puestos se asignarán por orden de antigüedad, independientemente de la empresa por la que hayan sido contratados los trabajadores. Además, para el personal que permanezca como correturnos, se establece un plazo máximo de dos años en esta situación, así como un sistema rotatorio y equitativo para la cobertura de vacantes.

Inácio Pavón, representante de la CIG, destacó que este avance pone fin a una discriminación histórica, ya que hasta ahora existían trabajadores con distintos derechos realizando el mismo trabajo. Pavón recuerda que, tras varias denuncias, ya se habían corregido diferencias salariales, la sucesión de contratos temporales en AULUSA o el menor número de días libres, y que con este acuerdo las condiciones laborales quedan finalmente equiparadas.

El sindicato valora la convocatoria de la huelga como un éxito del personal, que consiguió demostrar a la empresa que no tolerará más faltas de respeto ni negociaciones interminables sin soluciones concretas. Además, los trabajadores quisieron agradecer las muestras de apoyo de la ciudadanía compostelana, que durante estas jornadas animaron al personal a defender sus derechos y reivindicaciones justas.

Con este acuerdo, se pone punto y final a un conflicto que amenazaba con paralizar el transporte urbano de Santiago, garantizando un servicio esencial para la ciudad y la estabilidad laboral de su personal.