Escuchar con atención revoluciona la forma de cuidar en la medicina moderna y fortalece la relación médico-paciente

Seis enfoques sencillos muestran cómo valores como la empatía, la curiosidad y la amabilidad pueden transformar la experiencia clínica
Escuchar con atención revoluciona la forma de cuidar en la medicina moderna y fortalece la relación médico-paciente
Un médico conversa con una paciente I CEDIDA

La capacidad de escuchar con atención plena y sin prisas funciona como una medicina para la atención sanitaria. No se trata de una técnica nueva, sino de recuperar lo más humano dentro del sistema clínico. Se aprecia cómo los profesionales pueden combinar valores con habilidades prácticas para propiciar una atención que cura tanto lo físico como lo emocional.

 

Un equipo encabezado por Leonard Berry, de la Texas A&M University, y colaboradores del Institute for Healthcare Improvement y Henry Ford Health, han presentado el concepto de “listening driven by values”, una escucha guiada por valores como la presencia, la curiosidad y la compasión.

Centro de recuperacion de covid doctora sosteniendo las manos del paciente mayor
Una doctora sostiene las manos de una paciente I CEDIDA

Un ejemplo conmovedor ilustra su poder. En un hogar de ancianos en Noruega, una enfermera preguntó a uno de sus residentes: "¿qué haría que hoy fuera un buen día?". La respuesta fue: "quiero llevar mi camisa azul"

 

Al indagar por qué, el paciente explicó que era la favorita de su esposa, fallecida hacía dos años. Este momento permitió al paciente compartir recuerdos y mostró cómo una acción aparentemente pequeña puede tener un impacto profundamente significativo.

 

Cultivar la escucha significativa

Los autores describen seis formas de escucha que fortalecen la relación médico-paciente:

 

  • Escucha cercana: la proximidad física y emocional permite generar confianza y apertura. No basta con leer historias clínicas; estar presentes en el momento lo cambia todo.

 

  • Escucha que construye confianza: implica atención indivisa (escucha plena, sin distracciones ni multitarea), preguntas abiertas, síntesis de lo hablado y pausa. Con ello, se reconoce qué es lo que realmente importa a la persona.

 

  • Escucha facilitada por diseño: pequeños gestos, como sentarse junto al paciente o remodelar espacios para conversaciones confidenciales ("salas de conversación"), pueden reforzar la percepción de cuidado personalizado.

 

  • Escucha que empodera: cuando los colaboradores del sistema son escuchados, pueden simplificar procesos ineficientes —como eliminar registros redundantes— recuperando tiempo y recursos, e incluso ahorrando mil setecientas horas de trabajo de enfermería mensuales.

 

  • Escucha que fortalece la resiliencia: compartir una comida o una charla entre colegas genera espacios de apoyo emocional, y ensayos clínicos aleatorizados revelan su eficacia para mejorar el bienestar y reducir el síndrome de agotamiento.

 

  • Escucha que infunde confianza a través de la amabilidad: la combinación de competencia clínica y amabilidad refuerza la confianza del paciente, con dimensiones como la "escucha profunda", empatía y honestidad amable.

 

Integración de valores en la práctica clínica

Un enfoque complementario apunta a cómo los profesionales incorporan los valores y preferencias de los pacientes a través de varias líneas de conducta: demostrar preocupación individualizada, compartir decisiones clínicas, adaptar la comunicación y personalizar los cuidados dentro del contexto clínico y científico.

 

Este enfoque sistémico aporta un marco que conecta con la tríada de la medicina basada en evidencia (EBM): evidencia científica, experiencia clínica y valores del paciente.

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La escucha fortalece la relación médico-paciente I CEDIDA

Escuchar de verdad emerge como una estrategia sencilla pero poderosa que produce transformaciones profundas: recompensa emocional, mejora en la toma de decisiones compartida y eficiencia organizacional. 

 

Si bien los ejemplos ilustrativos (como el de Noruega) transmiten fuerza narrativa, queda planteado el desafío de generar datos cuantitativos que midan el impacto: ¿cómo contribuye la escucha a la satisfacción del paciente, adherencia al tratamiento o reducción de reingresos?

 

En conjunto, estos hallazgos reafirman que construir sistemas de salud más humanos exige recuperar actos tan elementales como la escucha atenta, un puente entre el cuidado clínico, la empatía y la eficiencia.

Escuchar con atención revoluciona la forma de cuidar en la medicina moderna y fortalece la relación médico-paciente

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