La rúa do Pombal ha reabierto este lunes al tráfico tras ocho meses de obras que han supuesto una transformación profunda de este eje clave de acceso al casco histórico compostelano. Con una inversión de más de 760.000 euros, el proyecto ha apostado por un nuevo modelo urbano, centrado en la mejora de la accesibilidad, la sostenibilidad y la calidad del espacio público.
El tramo renovado abarca desde el cruce con la rúa Campiño da Ferradura hasta la travesía do Cruceiro do Galo, y recupera la circulación en doble sentido. Una de las principales novedades es la habilitación de un carril bici en sentido subida, situado junto al muro de la Alameda, mientras que el tránsito peatonal se canaliza por una acera única, ubicada en la margen izquierda —junto a viviendas y locales— y que ahora cuenta con una anchura útil de 1,80 metros.
La rúa do Pombal presenta ahora una plataforma única, sin bordillos ni cambios de nivel significativos entre calzada y acera, aunque diferenciadas por materiales: hormigón pulido para la calzada y piedra granítica para la acera. La nueva configuración facilita el tránsito de personas con movilidad reducida, carritos de bebé o sillas de ruedas, y mejora el confort peatonal.
Se han instalado pasos de peatones elevados para calmar el tráfico, así como nuevo mobiliario urbano, pequeñas zonas ajardinadas y espacios de descanso que hacen de esta calle un entorno más agradable para vivir, caminar y circular en bici.
Más allá de la superficie, el proyecto ha incluido la renovación total de los sistemas de abastecimiento y saneamiento, eliminando antiguas canalizaciones de fibrocemento. También se han modernizado las redes de gas natural, telecomunicaciones y alumbrado público, apostando por una iluminación más eficiente y uniforme.
El concejal de Sostenibilidad Ambiental y Servicios Básicos, Xesús Domínguez, destacó al inicio de esta intervención urbanística que el Pombal “es una calle con problemas de accesibilidad, pero además se sitúa en una zona con varios centros educativos, por lo que entendimos que era prioritario mejorar también la seguridad”. En ese sentido, señaló que la reurbanización “favorecerá el calmado del tráfico” y está alineada con el objetivo de construir una Compostela “más pensada para las personas”.
En lo que respecta al transporte público, las líneas afectadas durante los trabajos recuperarán su servicio habitual a partir del lunes 21 de abril, coincidiendo con la vuelta a clase tras la Semana Santa. Las líneas 4, 8, 9, C2, C4, P1 y P7 volverán a sus paradas, itinerarios y frecuencias previas a las obras. La empresa Tussa reforzará la información al público en los próximos días.
El concejal de Movilidad, Xan Duro, subrayó que se han realizado esfuerzos importantes para minimizar el impacto en el tráfico y facilitar itinerarios alternativos: “Ha sido una obra compleja, sin alternativas sencillas, pero necesaria. Los cambios se comunicaron a plataformas como Google o TomTom, y se coordinó con los centros educativos de la zona para facilitar el acceso durante las obras”.
La reapertura del Pombal marca la finalización de una de las actuaciones urbanas más destacadas del mandato. La calle se presenta ahora como un espacio más funcional, accesible y seguro, coherente con la estrategia municipal de movilidad sostenible y mejora del espacio público.