Cáritas ha hecho un llamamiento a la ciudadanía para fomentar la reutilización y el reciclaje de ropa usada tras cerrar el año 2024 con más de 1.837 toneladas de prendas tratadas a través de Arroupa-Moda Re, la empresa de inserción vinculada a la diócesis de Santiago de Compostela. Esta iniciativa ha permitido la contratación de 39 personas en situación de vulnerabilidad, consolidándose como un modelo de economía circular y empleo digno.

Durante la presentación de la Memoria de Sostenibilidad 2024, la directora de Cáritas Diocesana de Santiago, Pilar Farjas, destacó que Arroupa evita que la ropa termine en vertederos incontrolados, dándole una segunda vida y generando oportunidades laborales, formación y acompañamiento a personas en riesgo de exclusión.

Un modelo de economía circular

El modelo Arroupa cumple con los criterios de sostenibilidad y economía social, basado en una red de 364 puntos de recogida que cuentan con sensores GPS para optimizar el proceso logístico. Gracias a este sistema, el 50 % de las prendas recuperadas se reutilizan a través de tiendas solidarias y donaciones, mientras que el 38 % restante se recicla, transformando los textiles en fibras o materiales industriales.

El impacto ambiental también ha sido notable: la actividad desarrollada en 2024 evitó la emisión de 46.000 toneladas de CO₂ y ahorró más de 6.400 millones de litros de agua, según los datos aportados por la organización.

Una llamada al compromiso de ayuntamientos y ciudadanía

Cáritas ha pedido a los ciudadanos que colaboren donando la ropa que ya no usen, pero también ha instado a los ayuntamientos de la diócesis a adherirse al proyecto, apostando por un modelo de gestión de residuos sin ánimo de lucro. La entidad defiende que la economía social debe ser entendida como una alternativa sólida al modelo mercantilista, priorizando el impacto social y ambiental por encima del beneficio económico.

Además, la entidad subraya que con este proyecto se dignifica la entrega social, ya que más de 17.000 prendas fueron entregadas a personas necesitadas en condiciones de respeto y cuidado, cerrando así un círculo que une sostenibilidad, solidaridad e inclusión.