Segregar a estudiantes con dificultades académicas en grupos pequeños, una práctica destinada a ofrecer atención más personalizada, podría resultar contraproducente, según el libro 'La escalera educativa. Inserción laboral de la juventud no universitaria en Galicia' (Ediciones USC). Este trabajo, liderado por el profesor Bruno Blanco Varela de la Universidad de Santiago de Compostela (USC), junto a María del Carmen Sánchez Carreira y Paulo Jorge Reis Mourão, analiza el impacto de las políticas educativas en las oportunidades de aprendizaje y laborales de los estudiantes más vulnerables.

Blanco explica que la separación del alumnado en dificultades les priva de referentes positivos, como compañeros con mejor rendimiento, y afecta a su integración social en las aulas. Según el investigador, una solución más efectiva sería incorporar profesorado de apoyo dentro del aula, evitando la segregación.

El libro destaca que, aunque los recursos tecnológicos están más accesibles, la falta de formación en algunas familias agrava las desigualdades. Además, los datos reflejan que los estudiantes de contextos socioeconómicos más desfavorecidos tienen mayor probabilidad de repetir curso incluso con rendimientos académicos similares a sus compañeros.

En cuanto a las oportunidades laborales, el estudio subraya la importancia de la formación superior para evitar la precarización. Ciclos superiores de Formación Profesional ofrecen especialización y mejor acceso al mercado laboral, especialmente en sectores con alta demanda de empleo cualificado.

El libro, editado por USC Editora, también aboga por políticas familiares que fortalezcan el vínculo entre estudiantes y sus entornos, previniendo el abandono escolar y facilitando el reingreso en la educación en etapas adultas. Esta investigación aporta claves para mejorar las políticas públicas en favor de una educación inclusiva y eficaz.