Alrededor de 120 trabajadores de tierra de Ryanair en el aeropuerto de Santiago podrían perder su empleo en las próximas semanas tras el cierre de la base de la aerolínea irlandesa. Así lo denunciaron este martes los ediles no adscritos Mercedes Rosón, Mila Castro y Gonzalo Muíños, tras reunirse con el Comité de Empresa.
Los representantes municipales señalaron la “incertidumbre” en la que se encuentra el personal, que carece de comunicación directa con la compañía y que únicamente sabe que, a partir del 1 de noviembre, se reducirá de 100 a 15 el número de vuelos semanales en Lavacolla. Mientras los tripulantes de cabina y pilotos han sido recolocados en otros aeropuertos, la plantilla de tierra teme un despido colectivo a través de un ERE.
“Representamos a la clase trabajadora y reclamamos a las administraciones competentes, Estado y Xunta, que busquen alternativas”, subrayó Muíños, quien consideró imprescindible negociar con la aerolínea para mejorar las condiciones o, en su defecto, atraer nuevas operadoras que puedan dar salida laboral a los empleados afectados.
Los concejales reclaman también al gobierno local que “trabaje activamente” en la captación de aerolíneas y adopte medidas para hacer del Rosalía de Castro un aeropuerto “más atractivo y competitivo”. Entre sus propuestas, mencionan el diseño de campañas de promoción en los destinos emisores y la convocatoria del Comité de Coordinación Aeroportuaria para trazar una estrategia conjunta de los tres aeropuertos gallegos.
Los ediles advirtieron además del perjuicio que la pérdida de peso del aeropuerto compostelano puede tener en otros sectores como el empresarial y el turístico, subrayando la urgencia de una respuesta institucional que garantice tanto los puestos de trabajo como la conectividad de Santiago.