Reportaje | Investigadores de la USC transcriben en digital todas las cantigas que existen

La herramienta que han creado, pionera en todo el mundo, es un registro único de toda la literatura galaico-portuguesa medieval que se conoce
Reportaje | Investigadores de la USC transcriben en digital todas las cantigas que existen
Pergamino Sharrer | VÍA LÁCTEA

El Grupo de Investigación de Románicas de la Universidad de Santiago creó la Base de datos paleográfica de la lírica gallego-portuguesa (PalMed), en colaboración con el Centro Ramón Piñeiro para la Investigación en Humanidades y con financiación del Ministerio de Economía para su puesta en marcha. 

 

Este proyecto, realizado gracias a los progresos tecnológicos alcanzados en las últimas décadas en el ámbito de las Humanidades Digitales, es fruto del trabajo de un equipo multidisciplinar liderazgo por las catedráticas de Filología Románica Mercedes Brea y Pilar Lorenzo Gradín, junto al doctor Antonio Fernández Guiadanes y el informático Carlos Sánchez.
 

Una de las investigadoras principales de este proyecto es Carmen de Santiago, responsable de una buena parte de las tareas relativas a la codificación y marcaje de los textos. La doctora señala que PalMed ofrece la transcripción paleográfica de todas las cantigas que llegaron hasta nuestros días, es decir, la transcripción literal de los textos tal y como están copiados en los cancioneros. 

 

Las transcripciones van acompañadas de las imágenes de los manuscritos. Además, se añade información sobre los caracteres originales en aquellos casos en los que su lectura puede resultar más compleja, como es el caso del sistema de abreviaturas empleado por los distintos copistas de los códices. “Se trata de una base de datos pionera a nivel internacional, ya que no existe otra igual de conservadora y con las mismas características para ninguna tradición literaria medieval” -indica la investigadora-.


Esta base de datos recoge todas las cantigas de la lírica profana gallego-portuguesa que se conocen en la actualidad, unas 1.700. La investigadora explica que una misma cantiga puede estar copiada en varios códices y que hay variaciones de unos a otros, lo que hace que se multiplique el número de textos, elevando el corpus analizado a unos 3.200 documentos diferentes. Así, en este recurso se reúnen todas las variantes de una misma composición, con la correspondiente transcripción de cada una.

 

La hipótesis del pergamino perdido

 

El investigador del Grupo de Románicas Antonio Fernández Guiadanes defendió hace unas semanas su tesis de doctorado, en la que reúne una transcripción exhaustiva de las más de mil cantigas que comparten el Cancionero de la Biblioteca Nacional de Lisboa y el Cancionero de la Biblioteca Vaticana, resultado de más de dos décadas de estudio, y que también están incorporadas a la nueva base de datos.


Tal como explica el autor, “estos dos códices fueron copiados en la Curia romana en el primero tercio del siglo XVI, aproximadamente 200 años después de que se compusieran las últimas cantigas del movimiento trovadoresco. El responsable de que se realizaran las dos copias fue el estudioso humanista Angelo Colocci, a quien le debemos la gran mayoría del legado lírico profano gallego-portugués que conservamos”.


El investigador gallego señala que “Colocci consiguió hacerse con un cancionero medieval, con seguridad de mediados del siglo XIV y procedente de Portugal, que en la actualidad está desaparecido”. Respecto a esto, Fernández Guiadanes defiende la supervivencia de un folio de este cancionero, que él identifica con el denominado Pergamino Sharrer, descubierto en 1990 por Harvey Sharrer en la Torre do Tombo, en Lisboa.

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