Este pasado fin de semana, el Auditorio de Galicia se transformó en un epicentro de asombro, emoción y risas gracias a la tercera edición de Galicia Ilusiona, el festival internacional de ilusionismo que sigue consolidándose como un referente mundial de la magia. Con la sala a rebosar en cada uno de los tres pases, el evento demostró por qué es considerado una cita ineludible para los amantes del misterio y lo inexplicable.
La velada del viernes y las dos funciones del sábado presentaron a un elenco estelar de magos procedentes de diversas partes del mundo, cada uno con su propio estilo y sello artístico. Bajo la impecable conducción del Mago Murphy, maestro de ceremonias y presentador, el público se dejó llevar por un viaje de asombros y carcajadas. Desde su simpatía contagiosa hasta sus juegos de manos imposibles, Murphy no solo presentó los actos, sino que también conquistó al público con su carisma y humor, manteniendo la energía vibrante durante los 90 minutos de espectáculo.
El espectáculo dio inicio con el coreano Kimoon Do. El maestro de la manipulación escénica, presentó su aclamado número del director de orquesta, llevando la precisión y la elegancia a otro nivel. Su control absoluto sobre los objetos dejó una huella en el público, quien no podía evitar maravillarse ante su destreza. Cada movimiento fue meticulosamente ejecutado, creando una atmósfera de perfección casi sobrenatural.
La argentina Lore Lavand aportó un toque de poesía al espectáculo. En su número cargado de emociones, mezcló magia, teatro y sentimientos en un delicado balance. Su puesta en escena, llena de sutilezas y simbolismo, conmovió profundamente a los asistentes, ofreciendo una visión de la magia que va más allá de lo técnico, tocando el alma.
Acto seguido, Ramó y Alegría, con su espectáculo de ilusiones a gran escala y un toque cómico, pusieron el tono cómico de la velada. En su show donde “todo lo que puede salir mal, sale mal”, la pareja catalana supo mezclar el humor con grandes trucos de ilusionismo, dejando a todos maravillados ante una puesta en escena tan hilarante como espectacular.
Jerome Murat, el ilusionista francés conocido por su número icónico de la estatua de dos cabezas, entró en escena justo después. La combinación de mimo, teatralidad y magia dejó sin palabras a los espectadores. En un acto que desafió los límites de la realidad, Murat logró que lo imposible pareciera tangible, logrando que el auditorio pasara de la incredulidad a una ovación sostenida.
Por último, el mago francés Nestor Hato mantuvo a los presentes al borde de sus asientos con su impresionante manejo de la manipulación. Los espectadores fueron testigos de un espectáculo trepidante, donde los objetos desaparecían y reaparecían ante sus ojos sin que nadie pudiera discernir el truco. Su rapidez y agilidad fueron la clave de un número que dejó sin respiración a más de uno.
El festival Galicia Ilusiona no solo ha demostrado una vez más su capacidad para atraer a los mejores ilusionistas del mundo, sino que ha logrado que el público gallego viva una experiencia que trasciende el mero entretenimiento. Santiago de Compostela, cuna de la tradición y la espiritualidad, fue testigo de que, al menos por unos días, lo imposible puede hacerse realidad sobre un escenario. Los asistentes salieron del Auditorio de Galicia con una mezcla de incredulidad y admiración, recordándonos que la magia, al fin y al cabo, es una ventana abierta a lo inexplicable.
La próxima parada de este festival será en Lugo, el 18 de octubre, donde la magia volverá a desplegarse para seguir sorprendiendo y emocionando a todo aquel dispuesto a dejarse ilusionar.