Una reciente demanda presentada en California contra Tesla alega que la compañía ha estado inflando deliberadamente las lecturas del odómetro en sus vehículos eléctricos. Esta acusación, basada en el testimonio de un propietario de un Model Y y en una patente de Tesla, ha reabierto el debate sobre la transparencia de los fabricantes de vehículos eléctricos y la precisión de los datos que proporcionan a los consumidores.
Esta demanda no es un incidente aislado para Tesla, que ya ha enfrentado escrutinio por la precisión de sus estimaciones de autonomía. Sin embargo, la alegación de manipulación del odómetro introduce una nueva dimensión a las preocupaciones sobre las prácticas de la empresa y podría tener implicaciones significativas para la industria de vehículos eléctricos en general.
Nyree Hinton, residente de California, presentó su demanda contra Tesla Inc. y Tesla Finance LLC. Hinton adquirió un Tesla Model Y usado de 2020 en diciembre de 2022, con aproximadamente 36.772 millas (59.178 km) registradas en el odómetro.
En la demanda, Hinton sostiene que el odómetro de su Model Y mostró una acumulación de kilometraje considerablemente mayor de lo que realmente condujo. Específicamente, durante un periodo de seis meses, el odómetro registró 13.228 millas (21.288 km), mientras que sus vehículos anteriores, utilizados en las mismas rutas y bajo condiciones similares, solo acumularon un promedio de 6.086 millas (9.794 km) en el mismo período de tiempo.
En un momento dado, el odómetro llegó a indicar un promedio de 72.35 millas (115 km) recorridas por día, a pesar de que su rutina de conducción habitual y constante debería haber resultado en un promedio de alrededor de 20 millas (32 km) diarias.
La elevada diferencia entre el kilometraje registrado por el Tesla y el estimado por el demandante apunta a una posible manipulación o a un error sistemático en el método de cálculo del kilometraje empleado por Tesla. La discrepancia del 117% señalada por Hinton supera ampliamente las tolerancias típicas establecidas en la industria automotriz.
La demanda presentada por Hinton se fundamenta en la existencia de una patente propiedad de Tesla que describe un sistema de odómetro que emplea "algoritmos predictivos, métricas de consumo de energía y multiplicadores de comportamiento del conductor" para determinar la distancia recorrida por el vehículo.
Este método contrasta con los sistemas tradicionales que se basan en la medición directa, ya sea mecánica o electrónica, de la rotación de las ruedas. La acusación central de la demanda es que Tesla está utilizando este sistema patentado para inflar artificialmente el kilometraje registrado por sus vehículos.
Esta práctica, según la demanda, tiene como consecuencia directa la expiración prematura de las garantías ofrecidas por Tesla y el aumento de los costos de reparación que deben afrontar los consumidores.
La existencia de una patente para un sistema de cálculo de kilometraje que se aparta de los métodos convencionales y considera factores como el consumo de energía, respalda la afirmación del demandante de que Tesla podría estar utilizando un enfoque distinto a los sistemas tradicionales para poder manipular las lecturas del odómetro sin tener en cuenta la rotación de las ruedas.
Hinton alega que el "inflado" del kilometraje en su Tesla Model Y provocó que la garantía básica de su vehículo expirara antes de lo previsto. Como resultado, se vio obligado a incurrir en el pago de una reparación de suspensión que ascendió a 10.000 dólares, un gasto que, de no haber sido por la expiración anticipada de la garantía, habría estado cubierto por Tesla.
La demanda también sostiene que esta supuesta práctica de inflar el kilometraje no solo perjudica a los consumidores al acortar el periodo de garantía, sino que también los obliga a considerar la compra de garantías extendidas de manera prematura y acelera la depreciación del valor de sus vehículos Tesla.
La conexión directa entre el kilometraje inflado y la expiración anticipada de la garantía sugiere un posible incentivo económico para la presunta manipulación por parte de Tesla. Al reducir la duración efectiva de la garantía, Tesla podría disminuir sus costos de reparación y, al mismo tiempo, aumentar los ingresos derivados de la venta de garantías extendidas.
Tesla ha sido objeto de demandas colectivas previas en las que se alegaba que la compañía había exagerado el rango de conducción estimado de sus vehículos eléctricos. En estas demandas, los demandantes argumentaban que Tesla promocionaba rangos de autonomía que no eran alcanzables en condiciones de conducción reales.
Además, se alegó que la empresa había establecido un equipo interno, denominado "Diversion Team", con el propósito de cancelar citas de servicio relacionadas con quejas de los clientes sobre la autonomía de sus vehículos.
Este patrón de polémicas en torno a las afirmaciones de Tesla sobre la autonomía de sus vehículos sugiere un problema recurrente en la forma en que la empresa comunica o calcula las métricas de rendimiento de sus vehículos eléctricos. La nueva demanda relacionada con la manipulación del odómetro parece una extensión de estas preocupaciones sobre la precisión de la información que Tesla proporciona a los consumidores.
Una investigación llevada a cabo por la agencia de noticias Reuters en 2023 reveló que Tesla supuestamente había manipulado el software de los indicadores del tablero de sus vehículos eléctricos.
El objetivo de esta manipulación, según la investigación, era ofrecer a los propietarios proyecciones excesivamente optimistas sobre la distancia que podían recorrer antes de necesitar recargar la batería. La investigación también alegó que Tesla había creado un equipo secreto en el año 2022 con la tarea específica de gestionar y suprimir las quejas de los clientes relacionadas con la autonomía de los vehículos, consciente de las posibles discrepancias entre las cifras publicitadas y la experiencia real de los usuarios.
Los hallazgos de Reuters aporta evidencia adicional que sugiere que Tesla podría haber estado involucrada en prácticas destinadas a exagerar el rendimiento de sus vehículos eléctricos. Además de las controversias relacionadas con la autonomía, Tesla ha sido objeto de numerosas demandas y críticas en relación con diversos aspectos de su negocio.
Estas incluyen acusaciones de publicidad engañosa en relación con las capacidades de conducción autónoma de sus vehículos, problemas de seguridad vinculados a sus tecnologías, y cuestiones relacionadas con sus prácticas laborales.
Este historial de demandas y críticas contra Tesla muestra una cultura corporativa que prioriza la imagen y el rendimiento percibido de sus productos por encima de la transparencia total y la satisfacción del cliente.
Los odómetros tradicionales generalmente operan midiendo la distancia recorrida por un vehículo a través del conteo de las rotaciones de sus ruedas. Este conteo se basa en el diámetro conocido de los neumáticos instalados en el vehículo. La información recopilada a través de este proceso se transmite a un contador, que puede ser de naturaleza mecánica o electrónica, y que muestra al conductor el kilometraje total acumulado por el vehículo a lo largo de su vida útil.
En lugar de depender de la medición directa de la rotación de las ruedas, la patente de Tesla describe un sistema que se basa en el consumo de energía del vehículo, el comportamiento del conductor al volante y la aplicación de algoritmos predictivos.
La demanda presentada contra Tesla alega que este método no tradicional de cálculo del kilometraje puede conducir a lecturas infladas del odómetro, especialmente en situaciones de conducción que se consideran agresivas, como aceleraciones rápidas o conducción a alta velocidad.
Si la demanda presentada contra Tesla prospera, ya sea a través de un fallo judicial favorable a los demandantes o mediante un acuerdo extrajudicial, la empresa podría enfrentar costos legales considerables.
Además, en caso de que la demanda se plantee como una acción colectiva, la compañía podría verse obligada a pagar compensaciones económicas a una gran cantidad de propietarios de vehículos afectados.
El resultado de este litigio podría tener un impacto financiero sustancial en Tesla, especialmente si se considera la posibilidad de que una sentencia en contra de la empresa genere demandas similares en otras jurisdicciones, lo que aumentaría aún más sus obligaciones financieras y un riesgo significativo para su reputación y sus finanzas futuras.
En el ámbito de la industria de vehículos eléctricos en general, la demanda contra Tesla podría desencadenar un mayor escrutinio regulatorio de las prácticas empleadas por los fabricantes en relación con la medición del kilometraje y la información que se proporciona a los consumidores.
Si las investigaciones posteriores revelan que el enfoque de Tesla no es un caso aislado y que otros fabricantes también podrían estar utilizando métodos no tradicionales o potencialmente engañosos para calcular el kilometraje, los reguladores podrían verse impulsados a implementar nuevas normativas o estándares para garantizar la transparencia y la precisión en toda la industria.
Esto podría incluir requisitos más estrictos sobre cómo se debe medir y reportar el kilometraje, así como una mayor supervisión de las prácticas de los fabricantes con el objetivo de proteger los derechos e intereses de los consumidores.
Consumidores que ahora desarrollarán una mayor conciencia sobre la posibilidad de que las lecturas del odómetro en los vehículos eléctricos no siempre se basen en mediciones directas de la distancia física recorrida, y buscarán garantías sobre la precisión y fiabilidad del kilometraje calculado antes de tomar una decisión de compra.